Brunete 14 cron

Crónica de la 8ª Marcha memorial de Brunete

En la estación de tren de Torrelodones nos reunimos un centenar de animosos caminantes dispuestos a recordar de nuevo el sacrificio de quienes, en aquel tórrido verano de julio de 1937, lucharon por defender la República y a mantener vivos los ideales que esta representaba.Foto Óscar Rodríguez

La marcha, organizada por ‘Brunete en la memoria’, la Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales y los ‘Camineros del Real’, de Torrelodones, discurre paralela al ferrocarril hasta llegar a un túnel de unos 300 mts, en el que un legendario tren blindado jugó su papel frente a la metralla y las bombas. Van con nosotros varios familiares de los brigadistas que lucharon en Brunete: Carol Dunbar, Brian Walsh y Brian Harding, entre otros.  

En la primera parada, Ernesto Viñas agradece el trabajo y dedicación de  los “Camineros”, que con su tesón han logrado recuperar un camino de uso público, vedado hasta hace muy poco, con verja y candado, para la población. Este camino será el que cubra la 1ª etapa de la marcha.

Al lado de una oquedad que debió ser refugio antiaéreo y ya con la protección de la sombra, Ernesto explica los insólitos parajes que se divisan a nuestro alrededor: enfrente, sobre el Canto del Pico, el palacete del conde de las Almenas, que sirvió de puesto de mando del Ejército de Maniobra de la República, con Miaja a la cabeza. A la izquierda, los cortados que forma el río Guadarrama y las carreteras por donde acudieron y de donde salieron las unidades republicanas que participaron en la batalla de Brunete. En medio, la colonia de la Estación de Torrelodones, donde estuvieron en dos ocasiones el general Walter y la XIV Brigada Internacional, tal como consta en la colección fotográfica de Walter. Antes de continuar, Seve Montero informa de las actividades previstas por parte de la AABI una vez pasado el verano.Degustando la sangría ante la Casa Panarras. Foto Óscar Rodríguez

Dejamos el camino, también pista para coches, y tomamos una senda que nos lleva al costado de la Casa Panarras y, diez minutos después, al Gurugú, un magnífico mirador desde el que se observa la amplia llanada, con su irregular orografía, que sirvió de escenario a la batalla. Las explicaciones de Ernesto ilustran los objetivos y movimientos de los ejércitos, los del Ejército de Maniobra el 6 de julio, los avances y retrocesos, tomas de poblaciones como Brunete,  Quijorna, Villanueva de la Cañada. La operación, pensada para asestar una derrota al ejército franquista, quedó en tablas y se convirtió en una terrible batalla de desgaste, bajo un sol inclemente y unos bombardeos tremendos que causaron un número de bajas insoportable. A ello contribuyó el material recibido por los contendientes, a todas luces desigual, ya que la contribución nazi-alemana a favor del ejército rebelde fue muy superior.

Ernesto explica que la Casa Panarras, propiedad que fue del político liberal García Prieto, marqués de Alhucemas, fue el puesto de mando del XVIII Cuerpo del  Ejército, si bien el puesto de mando avanzado se encontraba en Casa Palata (visitada en la 6ª Marcha de Brunete). Torrelodones, punto logístico central en la estrategia del mando republicano, acoge en su cementerio un número importante de cadáveres, 86 reconocidos hasta ahora, tanto republicanos como rebeldes, un ejemplo más de humanidad y de respeto de los legítimos combatientes. Entre los muertos se encuentra  el mayor George Nathan de la XV Brigada, muerto en un bombardeo de la Cóndor. De los 360 hombres de su compañía al inicio, sólo quedaron 40. También habla de la 45 División, compuesta por la XII y 150 Brigadas Internacionales y mandada por Kleber.

Ernesto explica pormenores ante el amplio escenario de la batalla. Foto Mariano Gómez Isern

A continuación es Javier M. Calvo quien toma la palabra para hablar de la batalla de la carretera de la Coruña, desarrollada con unas circunstancias meteorológicas opuestas a la de Brunete: niebla y temperaturas bajo cero. Fue el segundo intento de Franco, fallido, de tomar Madrid y de cortar las comunicaciones del mando republicano con la sierra, si bien ganó una buena porción de terreno.  Participaron al principio la XI (esta destrozada) y XII BI y, ya en la contraofensiva republicana, la XII y XIV, que intentaron sin éxito recuperar Majadahonda y Las Rozas, respectivamente.

A las explicaciones sigue un salvífico refrigerio proporcionado por los compañeros socialistas de Vicálvaro, que recuerdan a su compañero Luis, recientemente fallecido, maestro en la preparación de viandas y sangrías  en muchas marchas. La sangría, dulce y fresquita, levanta el ánimo de los caminantes y les prepara para el último tramo de bajada a la presa de El Gasco.

Allí, sobre el imponente murallón construido en el siglo XVIII, explica Alberto –ingeniero de Caminos– por qué y cómo se inició esta imponente obra que se insertaba en el sueño ilustrado de crear una red de canales en España (véase el Canal de Castilla o el Canal de Aragón) y las causas de su fracaso. La desidia de las Administraciones hace que obras como éstas caigan en el olvido, aunque siempre hay organizaciones que, como los ‘Camineros del Real’, las reivindican y abren los caminos a los senderistas y amantes de la historia. 

Gracias a Óscar Rodríguez, Bern Kolter y Mariano Gómez Isern por sus reportajes fotográficos.