BI Sierra Madrid

Las Brigadas Internacionales en la Sierra Norte de Madrid

La asociación Los barracones ha invitado a la AABI a participar en la 1ª Jornada de Memoria Histórica de la Sierra Norte de Madrid. Es una oportunidad para repasar el periplo de algunos internacionalistas y unidades internacionales por esa zona madrileña. Quizá alguien se sienta animado a profundizar algo más en alguno de estos aspectos que aquí se van a tocar sucintamente.

Voluntarios de la XIV BI desfilando en El Escorial en diciembre de 1937


  1. Los primeros internacionalistas conocidos: los voluntarios cubanos

Al producirse el golpe militar contra la República los trabajadores respondieron con firmeza para defenderla. En algunas zonas de marcada movilización obrera (Sevilla, Zaragoza…) los trabajadores fueron derrotados. En otras triunfaron: Barcelona, Madrid… El episodio madrileño se centró en la toma del Cuartel de la Montaña, donde se concentraron los responsables de la sublevación y a donde se dirigió una enorme masa de trabajadores dispuestos a aplastar el golpe y los golpistas. Lo consiguieron el 20 de julio. Entre los participantes en el asalto hubo una notable representación de cubanos, estudiantes y exiliados de la dictadura, que se unieron rápidamente a la lucha contra el fascismo.

Muchos de ellos se integraron en las pequeñas unidades que rápidamente comenzó a preparar el Quinto Regimiento en su cuartel (colegio salesiano de enseñanza reconvertido) de la calle Francos Rodríguez. Y de allí rápidamente a la Sierra de Madrid, ya que los militares golpistas estaban enviando columnas hacia Madrid. Ello produjo los primeros enfrentamientos bélicos en los puertos de Somosierra, Navafría, Navacerrada y Guadarrama. La mayoría de los cubanos conocidos marcharon hacia el frente de Somosierra donde, integrados en las compañías de Acero, consiguieron frenar el avance de los sublevados hacia Buitrago. El enclave mítico de resistencia fue la Peña del Alemán (Cabeza Velayos, a la derecha del km 78 de la carretera de Burgos). Precisamente este nombre se puso en honor de un voluntario alemán, Max Solomon, que se batió con valentía en aquella posición.

Es Pedro Mateo Merino quien mejor describe aquellos combates de los primeros meses en el sector de Somosierra. Allí conoce a varios cubanos que forjarán sus armas hacia un exitoso liderazgo militar: Alberto Sánchez, comandante de la 1ª BM muerto en Brunete, Policarpo Candón, comandante de la 10 BM muerto en Teruel, Francisco Maydagán, jefe de Estado Mayor de la 64 División. Habrá varios otros, como Bernabé Regüeiferos o las hermanas Rosita y Teresita Conde, de 16 y 20 años, respectivamente, los hermanos Grenet, Esteban Larrea, Herminio Oropesa, Moisés Raigorovski, Ramón de la Campa, Pedro Vizcaíno, H. Hidalgo y Pedro Pablo Porras. Estos últimos son conocidos a través de Pablo de la Torriente Brau, un periodista que llegó a Madrid el 25 de septiembre y que pronto conoció a muchos de compatriotas que estaban luchando. Fue este hecho, junto con la experiencia de los combates en Buitrago, lo que llevó a Pablo a compartir su trabajo de corresponsal con su compromiso miliciano. En la Peña del Alemán se hará pronto famoso por sus alegatos frente a los soldados del bando rebelde. Así lo cuenta Pedro Mateo en su libro Por vuestra libertad y la nuestra:

Por la noche hubo refriega de altavoces Por la noche hubo refriega con altavoces. Oímos a una figura muy popular y querida entre nosotros, llena de gracejo y convicción. Su lógica rotunda hacía añicos las diatribas de los propagandistas facciosos, que al verse privados de argumentos respondían a tiros. Era «Pablo», Pablo de la Torriente Brau, periodista y combatiente, escritor vigoroso, indomable luchador cubano, corresponsal de guerra de varios periódicos americanos y soldado de la República por conciencia.

La mayor parte de estos voluntarios de primera hora se irán integrando en las brigadas (luego divisiones) de Líster y el Campesino, siendo puntales importantes del nuevo Ejército Popular de la República.


2.Voluntarios internacionales en la Columna Llibertat de López-Tienda

Muchos voluntarios internacionales que se habían unido a la lucha en Cataluña (frente de Aragón, expedición a Mallorca…) se reagruparon a principios de septiembre en el cuartel Carlos Marx de Barcelona para formar la Columna Llibertat. El mando era del capitán López Tienda y el Comisario fue Virgilio Llanos.Su misión fue acudir al frente del centro para colaborar en la detención del avance franquista hacia Madrid. La Columna contaba con cerca de 1000 hombres y estaba compuesta por voluntarios del PSUC, de la UGT e internacionales:de estos los más importantes fueron las centurias Gastone Sozzi (italiana), Comuna de Paris (franco-belga) y Polakow-Dombrowski (polaca), aunque también hubo voluntarios de otros países.

Esta columna combatió primero en el frente de Pelahustán – Sotillo de la Adrada, conteniendo el avance franquista en las sierras de Avila y SE de Madrid. A finales de septiembre, cuando las fuerzas franquistas avanzaron por esta zona, se replegaron hacia Robledo de Chavela y El Escorial. Luego combatieron en el área de Chapinería y Brunete hasta que los problemas de la columna forzaron a López Tienda a retirarla para su reorganización en Barcelona. Fue este momento (mediados de octubre) cuando los contingentes internacionales, informados sobre la formación de las Brigadas Internacionales, dejaron la columna Llibertat y marcharon a Albacete para integrarse en las nuevas unidades.


3. Dos voluntarios internacionalistas: Claud Cockburn y Norman Bethune

En septiembre de 1936 apareció en la sierra de Madrid un periodista británico: Claud Cockburn. En julio había viajado a Salou, para tomarse unas vacaciones en la playa cuando de repente le sorprendió la noticia de la sublevación militar. Rápidamente acudió a Barcelona, fue testigo del levantamiento de los trabajadores frente al golpe fascista y pronto fue designado corresponsal de guerra por el diario Daily Worker, del PCGB. Cockburn acompañó a la milicia de Durruti en su marcha a Aragón y luego acudió a Madrid. Entrevistó a militares y políticos y visitó los frentes de guerra.

A finales de agosto sintió la necesidad de sumarse a la lucha del pueblo español y se enroló en una de las compañías de Acero que estaba organizando el Quinto Regimiento. Con ella marchó a la sierra de Guadarrama en septiembre, donde pudo comprobar el apoyo armamentista alemán en aviones a pesar del Comité de no-intervención. Tras unas semanas, recibió un mensaje del Daily Worker reclamando su presencia en Londres para informar de todo lo que había visto en esos meses. Cockburn regresaría meses después para seguir informando sobre la guerra.Mientras tanto ya había publicado su libro Corresponsal en España bajo el seudónimo de Frank Pitcairn.

A principios de noviembre llegó a Madrid un médico canadiense dispuesto a echar una mano con su experiencia de cirujano torácico: el Dr. Norman Bethune. Al no saber español, su ofrecimiento no fue considerado en distintos hospitales como tampoco en el servicio médico de la XI BI. Sin desalentarse, consideró urgente la creación de una unidad que llevara sangre a los hospitales y frentes de guerra. Así surgió el Servicio Hispano-Canadiense de Transfusión de Sangre, financiado por el Comité Canadiense de Ayuda a la Democracia española. Después de dos meses de duro batallar el Servicio ya estaba en marchar y surtía de sangre a los hospitales, salvando numerosas vidas. Fue entonces, en la navidad de 1936 cuando decidió darse un descanso visitando el frente de la Sierra de Madrid, conviviendo con los milicianos del Batallón Alpino y visitando un hospital en El Escorial. Luego transmitió todas estas experiencias en los programas de radio que periódicamente hacía para el público de Canadá.

4. La XIV BI en la Sierra de Guadarrama

Tras el fracaso de las fuerzas de Franco en el asalto directo a la capital, este decidió tomar Madrid mediante operaciones de flanqueo. La primera de todas fue lo que se llamó la batalla de la carretera de La Coruña, que tuvo tres fases: ataque a Pozuelo (noviembre), ataque a Boadilla (diciembre) y ataque a Las Rozas y Majadahonda (enero de 1937). Fue tras este último cuando el mando de la defensa de Madrid requirió la presencia de la XII y la XIV BI para realizar, en coordinación con otras brigadas españolas, una contraofensiva que permitiera recuperar estas dos localidades. La operación fracasó, pero supuso la permanencia durante unos cinco meses de la XIV BI, que instaló en Torrelodones su punto de acantonamiento. Desde allí se trasladó en momentos concretos al Jarama (febrero y abril de 1937). En uno de estos desplazamientos la XIV BI desfiló en Colmenar de Oreja, desfile que quedó reflejado en la colección fotográfica del general Walter, jefe de la brigada.

A finales de mayo la XIV BI, cuando la XIV BI estaba descansando en Miraflores de la Sierra, la brigada fue llamada a intervenir en la ofensiva republicana de Segovia (batalla de la Granja) junto con otras unidades españolas. El resultado fue negativo al no obtenerse los objetivos previstos y sufrir la brigada numerosas pérdidas.

Tras esta batalla la XIV BI pasó a la zona de Alcalá de Henares hasta que, en julio, fue trasladada al frente de la Sierra en el sector de Santa María de la Alameda, donde permaneció cuatro meses. Después de intervenir en una operación en la Cuesta de la Reina (octubre), retornó en noviembre al sector de El Escorial – Valdemorillo, donde permaneció en línea cinco meses más, trasladándose al frente de Aragón en marzo de 1938. Desde entonces no retornó más a la Sierra de Madrid.

5. Las BI en la ofensiva de Brunete

En julio de 1937 fueron convocadas casi todas las BI para intervenir en la ofensiva de Brunete, integradas en el 5º y 18º Cuerpos de Ejército. Todas ellas fueron situadas inicialmente en parajes de la presierra madrileña, en la línea de El Escorial– Galapagar – Torrelodones. Desde allí bajaron los días 6 de julio y posteriores para combatir en los llanos y colinas del extenso campo de batalla de Brunete.

Al término de la batalla, el 27 de julio, casi todas las brigadas (excepto la XII BI, que se mantuvo en posición en previsión de un eventual ataque) volvieron a sus lugares de partida en la línea inicial y pronto retornaron a los lugares de acantonamiento previo. Tan solo la XI BI se mantuvo durante unas dos semanas en las campas situadas entre Villalba y Cerceda, preparándose para la siguiente ofensiva que se iniciaría en Aragón el 24 de agosto.