CARTA DE LA AABI AL DIARIO EL MUNDO

CARTA DE LA AABI AL DIARIO EL MUNDO

Sr. Director de El Mundo

Su corresponsal en Budapest firma una noticia cuyo titular (“Un comandante comunista en las monedas de dos euros”) y desarrollo se hace eco de las críticas vertidas por el partido conservador actualmente en la oposición, contra la decisión del Gobierno esloveno de acuñar una moneda de dos euros con la efigie de Franc Rozman, también conocido como Comandante Stane, con motivo del centenario de su nacimiento.

Su corresponsal acepta, sin más, la acusación hecha por la oposición a Franc Rozman de ser “responsable directo del asesinato de 60 civiles y de la persecución masiva a supuestos colaboradores de los nazis después de la guerra”. No vendría mal recordar que Franc Rozman murió en 1944, razón por la cual poco tendría que ver con tal persecución. La corresponsal acude también a la autoridad del The Times, cuando no fue este diario, sino la carta de un lector, la que se hizo eco de esa acusación.

Otra forma de enfocar la noticia sería afirmar que el Gobierno esloveno rinde homenaje a un reconocido héroe nacional que luchó por la libertad de su patria frente al invasor nazi y sus cómplices o colaboracionistas domésticos; como así lo vienen haciendo el gobierno francés y otros gobiernos que honran la memoria de los resistentes antifascistas. Buena parte de las luchas de resistencia contra el agresor nazi-fascista en Yugoslavia, Italia, Francia y otros países se llevaron a cabo con el concurso, o bajo el liderazgo, de los comunistas que, con entereza y generosidad, arrostraron un combate desigual en el que perecieron muchos de ellos. Y en el caso de Rozman su compromiso antifascista fue la prolongación del iniciado en España. Este voluntario vino a defender la República española, participó en la defensa de Madrid y en otras batallas, como también lo hicieron otros 35.000 brigadistas provenientes de 53 países que acudieron en auxilio del pueblo español que se enfrentó a los militares sublevados el 18 de julio de 1936 y apoyados por Hitler y Mussolini.

Franc Rozman prosiguió esta lucha en su propio país, durante seis años más. Es una infamia afirmar que la acuñación de esta moneda es una “salida de tono” y equiparar esta decisión a la del gobierno noruego que en 2009 acuñó una moneda con la efigie de Knut Hamsum, un colaborador de la ocupación nazi; más aún lo es manchar su memoria con infundios no probados.

Honrar a estos héroes no es ningún desdoro. Hace unos años el presidente Sarkozy recomendó iniciar el curso escolar con la lectura de la última carta a sus padres, antes de su ejecución por los nazis, del joven comunista parisino Guy Moquet; con ello intentaba mantener el espíritu de la Resistencia, elemento sustancial de la democracia europea. Recordar a Franc Rozman es honrar la memoria de todos aquellos que lucharon, e incluso dieron sus vidas, para librar a Europa del yugo nazi.

 Severiano Montero

Presidente de la Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales.