Otro memorial en España a las Brigadas Internacionales

Lo que estaba previsto se cumplió, y con creces. No fue un día  cualquiera; tras unos días de tiempo gris, como el que tuvieron los madrileños en aquellas semanas de noviembre de 1936, amaneció una mañana espléndida, que invitaba a participar en los actos preparados por la AABI. Y así a las 10:30 ya había 100 compañeros junto al monumento a las Brigadas Internacionales de la Ciudad Universitaria dispuestos a iniciar el homenaje a las mismas. Paco Gómez abrió el acto, señalando tanto su oportunidad como la necesidad de trabajar insistentemente por mantener la memoria. Podéis leer aquí el texto de los discursos de Paco Gómez y el que posteriormente pronunció Vicente González, como también los testimonios de brigadistas leídos en el paseo memorial.



El paseo bajaba de la Facultad de Fª y Letras hacia la zona de trincheras construida por el bat. Thaelman a finales de noviembre de 1936.

A continuación se inició el paseo por algunos lugares de memoria: el búnker frente a la facultad de Ciencias de la Información, la facultad de Fª y Letras –con una vista impresionante sobre la Casa de Campo, Pozuelo, Garabitas y el complejo de La Moncloa, y el Viaducto de los 15 ojos– sin olvidar la presencia de los brigadistas en la facultad de Medicina. A lo largo del camino se leyeron testimonios de los propios brigadistas que iban dando sentido, con sus propias palabras, a los lugares que se iban visitando o viendo. Al final se guardó un minuto de silencio junto al viaducto, lugar donde fueron enterrados el 23 de noviembre Mager, Kaupe y Magek, tres voluntarios de origen checo, austriaco y eslovaco que habían ofrendado su vida por detener el fascismo.

El paseo acabó minutos antes de iniciar el acto de inauguración de la placa. La vista de la Sierra del Guadarrama desde la Casa de Velázquez era fastuosa: desde Abantos hasta los 7 Picos se recortaba un perfil de montañas que evocaban los cuadros del pintor barroco y, más allá, la belleza de una sierra ahora transformada en Parque Nacional (pero no del todo inerme ante los zarpazos de la especulación). Todo esto pudimos disfrutar los más 300 asistentes que nos habíamos congregado para ajustar cuentas con el pasado y honrar la memoria de los voluntarios que lucharon en ese lugar -y en la Ciudad Universitaria, y en España y en el mundo­-defendiendo, contra el fascismo, las libertades del pueblo español. Ese era el mensaje de la placa que iba a inaugurarse.

 

La placa está situada en el lateral del atrio de la Casa de Velázquez que se abre a la sierra; sus paredes conservan las marcas de aquel combate.

 

Abrió el acto el Sr. Jean-Pierre Étienvre,  Director de la Casa de Velázquez, que se felicitó por la pertinencia de este acto de justicia histórica. A continuación el Rector de la UCM, Sr. José Carrillo, aprovechó para reivindicar la oportunidad del monumento a las BI de la Ciudad Universitaria que cierta derecha española quiere eliminar. La Secretaria de ACER, Claire Rol-Tanguy (hija de Henry Tanguy, brigadista, dirigente de la Resistencia francesa  y héroe nacional de la República francesa) recordó cómo la mayoría de los polacos que combatieron en la Casa de Velázquez eran emigrantes o refugiados políticos que trabajaban o estudiaban en Francia, como Adam Dawidowitz, el capitán de la compañía del Dombrowski que aguantó con 60 hombres (de los que perecieron el 90%) el asalto de un tabor de regulares (800 marroquíes) que acabó ocupando y destruyendo el edificio.



Claire Rol-Tanguy hablando a los concurrentes. A la derecha se encuentran el director de la Casa de Velázquez y el Embajador de Francia en España.

El presidente de la AABI, Vicente González, elogió el gesto republicano francés que sí honra la memoria de los defensores de la libertad e invitó a seguir sembrando de memoriales las calles de nuestras ciudades para que los jóvenes conozcan la gesta protagonizada por otros jóvenes en otra época.  

Cerró el acto el Embajador de Francia,  Sr. Jérôme Bonnafont, quien trazó el paralelismo entre nuestra guerra y la gran guerra (1914-18) y revindicó que cualquier conmemoración de una u otra es una apuesta por la paz y la reconciliación. Esto es algo que franceses y alemanes lograron a partir de los años cincuenta, y de allí surgió la nueva Europa unida. ¿Será posible hacer lo mismo en esta España de hoy? No, decimos nosotros, si la derecha no acepta su error original: haber apoyado una sublevación ilegítima e infame contra el poder democrático establecido, error que no acaba todavía de admitir, al achacar a la República la culpabilidad de la guerra y de lo que vino después. No, si no acepta sacar a los muertos de las cunetas y darles su merecida honra y descanso. No, si no acepta acabar con la impunidad del franquismo condenando, aunque sea de forma virtual, a los responsables de la Dictadura.
El Sr. Bonnafont recordó a Charles De Gaulle diciendo que “la esperanza no nace sino del pasado”, y nosotros lo corroboramos, pero en el sentido más ajustado  que le diera Walter Benjamin en sus Tesis sobre Historia: “La facultad de encender en el pasado la chispa de la esperanza sólo es inherente al historiador que está penetrado de lo siguiente: tampoco los muertos estarán seguros ante el enemigo cuando éste venza. Y este enemigo no ha cesado de vencer”. Intentar construir un futuro dando la espalda o ignorando al pasado es un ejercicio tramposo, e inútil. “El recordar para que la barbarie no se repita” (Adorno) es ineludible si queremos construir un futuro justo, pero también un deber para con nuestros antepasados que sufrieron el escarnio y la dominación de los poderosos. Sin la memoria de ese dolor no es posible un futuro en justicia.

Agradecemos a todos los participantes, y sobre todo a la Embajada de Francia y a la Casa de Velázquez por la ayuda prestada. También a ACER, que participó en todo el proceso de gestación, y a nuestras compañeras Claire Rol-Tanguy y Soledine Chantereau que compartieron estos momentos de homenaje y memoria. 

Reportaje fotográfico de Óscar Rodríguez