A. Lopez Salinas

Ha muerto Armando López Salinas, escritor y resistente al franquismo

El martes 25 de marzo ha muerto este novelista y militante del Partido Comunista de España. Nacido en Madrid el 31 de octubre de 1925, Armando López Salinas fue un representante importante del realismo social español. Su principal novela, La mina, fue finalista del Premio Nadal en 1959. Sobre su obra puede leerse el siguiente artículo de David Becerra.

 Con 11 años López Salinas fue testigo de uno de los hechos más importantes de nuestra historia: la heroica defensa de Madrid frente al zarpazo fascista. Así contó en el Ateneo de Madrid, en 2006, la llegada de la XI BI: 

    El gobierno se había marchado a Valencia y una Junta de Defensa se había hecho cargo de la ciudad y el 7 de noviembre, obreros, empleados y estudiantes, milicianos del V Regimiento y otras unidades, guardias de asalto, paraban en el Manzanares a la tropa fascista. Madrid comenzaba a ser la capital de la gloria en versos de Alberti, comenzaba a pasar a la historia del antifascismo, a la historia del movimiento obrero y popular del mundo entero.   

Fue entonces, el día 8, cuando llegaron los combates de la primera Brigada Internacional. “Están en Vallecas, van a pasar por la Gran Vía”, dijo alguien del barrio. Y allí, calle de Fuencarral esquina a la Telefónica fuimos a verles. Eran tres batallones los que desfilaban solemnes, marciales, impecables en sus uniformes, bien armados, franceses y belgas del Batallón Comuna de París, polacos y húngaros del Domborwski, alemanes, austriacos, balcánicos y escandinavos del Edgar André, formaban un todo compacto, disciplinado. Llena de entusiasmo la vecindad de Madrid rompía en aplausos, en vivas y lloros. Puño en alto se canta la Marsellesa, la Internacional…

    Van allá, el día 9, donde el peligro es mayor para la ciudad. Ocupan el Parque del Oeste y toman el Puente de los Franceses. Obligan a la tropa franquista a retirarse a la otra orilla del Manzanares, se fortifican en la Casa de Campo. Sus hazañas corren de boca en boca, los nombres de sus unidades, las que ya están en Madrid o las que llegan a otros frentes de batalla también. Thaelmann, Beimler, Lincoln, Dimitrov, Garibaldi…

Militante del Partido Comunista de España desde finales de la década de los cincuenta hasta su muerte, colaboró en la redacción de Radio España Independiente, “La Pirenaica”. Fue Miembro del Comité Central del PCE y subdirector de Mundo ObreroTomamos de David Becerra las siguientes consideraciones:

 La obra de Armando López Salinas  ha sido olvidada y silenciada porque molesta. Y molesta porque La mina quiebra el relato de la Transición. El relato de la Transición, que en estos días trata de relegitimarse a raíz de la muerte de Adolfo Suárez, se ha construido sobre el mito de que grandes hombres con grandes gestos trajeron a España la democracia. Frente al relato legitimador, la obra de Armando López Salinas nos recuerda que la democracia fue consecuencia de la lucha de miles de hombres y mujeres… que dieron su vida por la libertad y la dignidad de un pueblo subyugado; la lucha colectiva fue poco a poco erosionando un franquismo que no tuvo más remedio que cambiar de apariencia, optar por una forma democrática, para sobrevivir. La democracia no ha sido una concesión, sino el resultado de años de resistencia y de lucha. Un cambio en la correlación de fuerzas. Los gérmenes de esa lucha están presentes en La mina de Armando López Salinas

La mina ha sido reeditada, tras treinta años de silencio, en 2013 por la editorial Akal, en coordinación con la Sección de Estética y Literatura de la Fundación de Investigaciones Marxistas. «Haremos todo lo que esté en nuestra mano, prosigue David Becerra, para que volvamos a leerle. El mejor homenaje que se le puede hacer a un escritor es leer sus obras. Es la única forma de que permanezca con vida después de la muerte. Con ese propósito transcribo los versos de Canto general de Pablo Neruda con los que se abre el tercer capítulo de La mina:

Yo no vengo a llorar aquí donde cayeron:
Vengo a vosotros, acudo a los que viven.
Acudo a ti y a mí y en tu pecho golpeo.

 Acudo a los que viven, les convoco en este ahora, para que no olviden. Para que no olviden quiénes son los que lucharon. A Armando López Salinas y a sus personajes de La mina, a los que estuvieron en las cárceles y a los que murieron, a los que fueron torturados, a los que conocieron el exilio, a los que no pudieron irse. A los que sufrieron la derrota”.