Monarquia agónica

Los antifascistas no lucharon por esto

Mal comienza el reinado de Felipe VI. Una situación parecida a un estado de excepción se impuso en el centro de Madrid. Se prohibió cualquier manifestación republicana o cualquier muestra de republicanismo. Las crónicas e imágenes están a la vista, aunque no son los grandes medios de comunicación quienes las muestran. Esta era una jornada para la mayor gloria de la monarquía y del corrupto sistema bipartidista. Pero en verdad ¿Existe democracia hoy en España? Esta es la pregunta que se hace Vicens Navarro y que él mismo responde en su columna de Público. Otra respuesta, esta vez práctica, es la siguiente crónica al hilo de lo que le aconteció a nuestra compañera Almudena, recientemente elegida nueva presidenta de la Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales:

Ayer por la mañana nuestra compañera Almudena Cros vivió el estado de excepción impuesto en este país con motivo de la proclamación del nuevo rey.  Al llevar puesta la camiseta de las Brigadas Internacionales, fue blanco fácil para una inspección ocular de su bolso al salir del metro en la estación de Callao por parte de un agente de la Policía, si bien no fue suficientemente efectivo para descubrir la bandera republicana que portaba en su interior.

A las 10:45 había muy pocas personas en la Plaza de Callao, o en la Gran Vía, así como en las calles aledañas a Ópera; de hecho el número de agentes superaba al de espectadores.  

Caminando por la calle Arenal, una periodista ha entrevistado brevemente a Almudena sobre sus intenciones en el día de hoy y ha pedido acompañarla discretamente hacia Sol, filmando desde su tableta a una cierta distancia.

Al intentar pasar de la calle Arenal a la Puerta del Sol, dos agentes han bloqueado a nuestra compañera, aduciendo que portaba la bandera republicana en su camiseta.  La respuesta de Almudena afirmando que, efectivamente, era consciente de lo que llevaba puesto, ha obtenido un inmediato: ‘Pues por aquí no puede usted pasar’.  Ante la observación de que es un espacio público, y de que otros viandantes estaban pasando, un agente ha afirmado que esa bandera estaba hoy prohibida.  La respuesta de Almudena, defendiendo la legalidad de esta bandera, protegida por la Constitución, así como el derecho a expresar ideas políticas, ha obtenido un firme: ‘Eso es mentira’ repetidamente por parte de uno de los agentes, que insistía en que era ilegal. Dos agentes más han rodeado a nuestra compañera, recordándola que la manifestación en Sol había quedado prohibida, y que si se concentraba allí, procederían a identificarla y a proponerla para una sanción.  Aunque Almudena ha replicado que cómo se puede considerar una concentración si es una persona sola, seguían insistiendo en amenazar con sanción.  Cuando se les ha preguntado a cuánto ascendería la sanción, no han sabido o querido indicar la cantidad.  Eso es, amenazan con una multa sin informar al ciudadano de su cuantía.

Nuestra compañera ha insistido en pasar por la Puerta del Sol para acceder al Hostal Persal, donde se aloja el director de cine Peter Davis y con el cual la AABI está colaborando para su documental sobre Spanish Earth.  La Policía ha afirmado que si no le permitían el paso era por su propia seguridad, y para evitar enfrentamientos.  Ante esta afirmación, Almudena ha explicado que venía ella sola desde fuera de Madrid, que se sentía perfectamente segura, muchas gracias, y que no venía a enfrentarse con nadie, ni portaba ningún arma ni objeto para enfrentarse.  Finalmente, le han permitido el paso.  Mientras cruzaba la Puerta del Sol, un ciclista la ha increpado con un: ‘Esa camiseta te sobra hoy’, a lo que ella ha respondido que hoy no le faltaba de nada.  Una vez atravesada la Puerta del Sol, Almudena se ha encontrado con un compañero de otras manifestaciones republicanas que suele acudir a la Ronda de la Dignidad, y han decidido intentar cruzar desde Espoz y Mina hacia Rodilla, para comprar un par de bocadillos.  Esta vez ha sido absolutamente imposible cruzar, así que Juan Melgosa ha tomado la foto que muestra a nuestra compañera delante de la Policía en Espoz y Mina.

Después de recoger a Peter Davis del Hostal Persal, Almudena se ha dirigido con él hacia Tirso de Molina, ya que por la calle se iba corriendo la voz de que allí se concentrarían personas portando la bandera republicana y desafiando la prohibición municipal de ondear la tricolor o de portar símbolos republicanos.  Allí efectivamente se han congregado unas 200 personas, algunas de las cuales portaban pegatinas en la boca con la palabra LIBERTAD, denunciando lo que hoy no había sido posible ejercer.  Nuestra compañera ha pedido la palabra para expresar su repulsa a la prohibición de enarbolar la bandera bajo la que lucharon y murieron miles de voluntarios, y que lo que estaba sucediendo en ese momento era comparable con escupir sobre las tumbas de los brigadistas.

Peter Davis y numerosos periodistas han filmado y entrevistado a varios de los ciudadanos que han defendido la bandera republicana en público, desafiando la prohibición de hacerlo y denunciando la política de represión e intimidación por parte del gobierno y de los servicios de seguridad.  En Tirso de Molina los presentes han comenzado a recibir noticias de las detenciones en los aledaños de la Puerta del Sol, mientras numerosísimos efectivos de la Policía Nacional rodeaban la plaza.  Al cabo de un rato, la presencia policial se ha hecho menos patente, quizás al comprobar que era una concentración pacífica, y los presentes no constituían un riesgo para la seguridad pública.  En el Paseo de Recoletos, aprovechando una distracción de los agentes, Almudena ha sacado la bandera republicana para cubrir la marquesina de una parada de autobús, como acción de protesta y de desobediencia civil ante la dictatorial atmósfera que se respiraba hoy por las calles de Madrid.

Nuestra compañera denuncia asimismo la agresión verbal por parte de viandantes mientras caminaba sola por las calles de Madrid, incluyendo la de un hombre que incluso la ha agarrado suavemente del antebrazo al tiempo que le mostraba su pulsera rojigualda y decía: ‘La victoria es nuestra, ya os ganamos en la guerra’.  La calmada y firme respuesta de Almudena ha sido: ‘Sí, pero la victoria final será nuestra.’

Estas agresiones verbales, incluyendo la de una pasajera en el autobús de regreso a Madrid que ha insultado a Almudena, llamándola ‘idiota’ y conminándole a cambiarse de país después de que nuestra compañera hubiera preguntado al conductor si retirarían ya la rojigualda que decoraba el frente del vehículo después de la proclamación, y que no tiene lugar en un transporte público, demuestran únicamente su miedo y su falta de conocimiento y de respeto a lo que sería realmente una democracia, no lo que ellos presumen de disfrutar, henchidos de ‘orgullo y satisfacción’.

Como complemento, podéis leer esta crónica de Enriqueta de la Cruz.

Los republicanos perdieron en 1939 la guerra tras un heroico combate contra las fuerzas fascistas. Muchos de aquellos luchadores continuaron su lucha en la guerra mundial que le siguió, guerra que no hubiera sucedido si las potencias «democráticas» hubieran ayudado al pueblo español. Al final el fascismo fue derrotado. Pero en España y Portugal no, porque las mismas potencias  que se negaron en 1936 a ayudar a la República española, se negaron a derrocar a los dictadores ibéricos: les convenía. Luego vino la Transición, que nos ha traído a esta situación aberrante que el catedrático de Economía Juan Torres ha acertado a describir recientemente. Ciertamente, un régimen con el que no se identificarían los luchadores españoles e internacionales que dieron un grandioso ejemplo al mundo entre 1936 y 1939.

Hay que trabajar por una democracia completa, no regida por los grandes, y oscuros, poderes económicos, ni por partidos corruptos, ni por monarquías periclitadas. 

Manifiesto de Unidad Cívica por la República