Wilhem Schütt

Willi Schütt, voluntario alemán en la XV BI

Wilhelm Schütt (William Schutt) nació en Hamburgo-Altona en 1908. A los 15 años se embarcó en el Edelgard, un velero que operaba en el mar Báltico. Esto fue en 1923, cuando la espiral inflacionista de Alemania devaluó los salarios, lo que llevó a Willi a enrolarse en un carguero inglés que debía llevar carbón desde el puerto de Cardiff hasta Arabia. Pronto vio cómo sus compañeros marinos se ponían en huelga a causa de la muerte de un estibador por accidente laboral. Fue la primera lección de lucha sindical que le marcó para el resto de su vida.

Posteriormente Willi se embarcó en otro barco sueco donde conoció de cerca las luchas de los marinos de boca del danés Christian Christiansen. En 1929, al estallar la gran crisis del capitalismo, su barco dejó de navegar. Estaba en Sidney, Australia, y Willi tuvo que ponerse a trabajar en las minas. Se convirtió en un líder sindical y se hizo comunista.

Después de tres años de lucha en Australia, Willi pasó en 1931 a los Estados Unidos, que se encontraba en plena recesión con 18 millones de desempleados. Para subsistir tuvo que aceptar los trabajos más miserables. Se domicilió en Waterton, Connecticut.

En 1937, ya con 30 años, decidió marchar a España, lo que hizo junto con otros 59 compañeros a bordo del Rotterdam. Llegó el 5 de mayo de 1937 e hizo su entrenamiento en la base de la artillería internacional de Almansa.

Asignado como observador de la batería de la XV BI marchó al frente del Jarama y luego combatió en la batalla de Brunete, donde sufrió una herida en el brazo derecho el 23 de julio de 1937.

Estuvo en el Hospital americano de Villa Paz (Saelices, Cuenca) hasta el 15 de agosto. Luego combatió en Quinto y Belchite, y más tarde en Teruel. De enero a febrero de 1938 se integró en una batería de la DECA (defensa antiaérea) y posteriormente, durante las “retiradas” (marzo-abril de 1938), pasó a la Artillería de la 45 División Internacional.

El 10 de mayo de 1938, ya como cabo, se integró de nuevo en el batallón Lincoln, con el que participó en la ofensiva de Ebro. Muy pronto, el 27 de julio de 1938 fue herido en la cadera en el asalto a una colina situada junto a la carretera de Gandesa a Villalba. Fue de nuevo hospitalizado, esta vez en el hospital internacional de Mataró.

Tras la retirada de los internacionales Willi, con pasaporte alemán, no pudo regresar a los Estados Unidos, por lo que fue internado en el campo de Argeles sur Mer, al sur de Francia. Mientras tanto, su compañero de batería, el americano Walter Schuetrum, cumplió con su promesa de ayudarle en la liberación, lo que le permitió salir del campo y organizar la salida de Francia de otros compañeros que querían viajar a los Estados Unidos. Willi llegó a Canadá como marino y en el mismo barco viajó a Londres. Las autoridades lo internaron en Seaton (costa sur de Inglaterra, cerca de Exeter), pero el PC británico y los sindicatos consiguieron su liberación.

Durante la segunda guerra mundial Willi logró permiso para trabajar en la fabricación de perforadoras para las minas y se casó con una compañera austriaca. Al acabar la guerra y crearse la RDA quisieron volver a su nueva patria y se establecieron en la isla de Rügen, al norte de Alemania, sobre el Báltico. Trabajó en la industria pesquera, pero las graves heridas contraídas en España le obligaron a trasladarse a Erfurt, al sur de la RDA.

En 1961 las autoridades de la RDA invitaron a Walter Schuetrum y otros brigadistas norteamericanos a hacer una visita al país. Fue quizá esa la oportunidad que tuvieron Willi y Walter Schuetrum para reencontrarse en Erfurt años después de la guerra. Desde entonces se vieron en alguna ocasión más y mantuvieron una correspondencia frecuente. Ambos coincidían en la idea que Walter expresó en alguna de sus cartas: “Nuestra lucha no fue en vano”.

Willi murió en Erfurt en 1986; tenía 78 años y habían transcurrido 50 desde el inicio de nuestra guerra antifascista.