Octubre 38. Despedidas oficiales a las Brigadas Internacionales

El 21 de septiembre el Presidente del Consejo de Ministros de España, Juan Negrín, anunció en la Asamblea de la Sociedad de Naciones la decisión de retirar a todos los voluntarios internacionales en cumplimiento de lo acordado en el seno del Comité de no Intervención. Este propuso en julio de 1938 un plan de repatriación de los extranjeros, plan que el Gobierno republicano aceptó el 26 de julio. Franco lo admitió en agosto, pero no cumplió, ya que las tropas italianas (salvo un contingente de 10.000 heridos y enfermos) y alemanas se mantuvieron hasta el final de la guerra). 

La retirada efectiva del frente de las unidades internacionales se hizo en función de la disponibilidad de las brigadas españolas que tenían que reemplazarlas. Así el 24 de septiembre la 46 División relevó a la 35 División internacional, el 25 la 42 División relevó a la 45.

En el frente del Levante la 129 BI, tras ser relevada, se concentró el 5 de octubre en Torrijas. Poco después, el 9,  los internacionales marchaban en un primer momento a Montcada, cerca de Valencia. Lo mismo se hizo con todos los miembros de las Baterías Internacionales y de otras unidades como la 86 Brigada, que había estado luchando en el frente de Córdoba.

Ubicación inicial de los voluntarios internacionales

Las brigadas volvieron a los lugares donde habían estado preparándose en los meses previos a la ofensiva del Ebro:

XI BI: Falset y alrededores (Gratallops, Vilella Baja…)

XII BI: zona situadas entre los km 7 y 8 de la carretera de El Perelló a Rasquera.

XIII BI: en la carretera de Pradell a la Torre de Fontaubella.

XIV BI: en los alrededores de L’Ametlla de Mar.

XV BI: en Marçá y pueblos cercanos (Els Guiamets, Capçanes…)

129 BI: tras pasar un tiempo en Montcada, se habilitaron una serie de cuarteles en la ciudad de Valencia donde se alojaron por nacionalidades:

Cuartel Almirante (calle Ruzafa): checos, yugoslavos, búlgaros, polacos, rusos, finlandeses, rumanos, estonios, lituanos, letonios, húngaros, alemanes, austriacos, palestinos, griegos…

Cuartel nº 4 (calle Guillén de Castro): italianos.

Cuartel Alameda Infantería (Paseo de la Alameda): Franceses, belgas, suizos, marroquíes y argelinos.

Cuartel Alameda Caballería (Paseo de la Alameda): ingleses, americanos, suecos, noruegos, daneses, holandeses, cubanos, argentinos, canadienses, brasileños, mejicanos, paraguayos y chinos.

Cuartel Artillería (en la Plaza Roja, junto a la Comandancia Militar): portugueses.

Reacción y actividades de los Internacionales

Mientras aguardaban la llegada de la Comisión Internacional para la Retirada de los Voluntarios (CIRV), los voluntarios tuvieron que realizar diversas tareas: lo primero, traspasar los medios de cada brigada a las nuevas brigadas, que conservaron su numeración pero con mandos españoles; también, preparar actividades de confraternización y despedida con la población española. Por otro lado tenían que establecer una organización básica, con horarios y programa de actividades, al objeto de mantener una mínima disciplina.

¿Cuál era su estado de ánimo? El periodista de la UGT Abelardo García escribía en Las Noticias: “La noticia ha producido tan terrible impresión que en un principio creyeron los internacionales que se trataba de una fantasía. Se preguntaban ‘¿cómo es posible marchar sin haber conseguido la victoria final?’ En los hospitales donde se encontraban muchos internacionales heridos, recibieron la comunicación llorando”…

Las reacciones, en realidad, fueron múltiples y contradictorias. Si bien muchos se sintieron un tanto defraudados, para otros fue una decisión que recibieron con el mismo espíritu que les había empujado a venir y mantenerse en la lucha contra el fascismo (la “disciplina de la voluntad”, en expresión de Mirta Núñez). Hablando de los británicos, Richard Baxel afirma que los voluntarios sacaron dos conclusiones de su lucha en España y del acuerdo de Munich: primero, que el gobierno republicano español iba a ser derrotado y segundo, que la Segunda Guerra Mundial era ahora inevitable”. Finalmente, para otro sector la retirada suponía un alivio que les permitía afrontar una nueva fase de su vida tras una experiencia extremadamente dura.

La CIRV quedó finalmente constituida en Perpignan el 14 de octubre bajo la presidencia del general Jalander, finlandés. Esta Comisión, constituida por agregados militares de diversos países, tenía que realizar su misión en contacto con las autoridades republicanas a través de una Comisión de Enlace que presidía el general Gámir. Los funcionarios debían visitar los lugares de concentración de los internacionales, comprobar sus fichas y pasaportes y obtener los datos para luego, en enero de 1939, elevar un Informe final a la Sociedad de Naciones.

En su Cuaderno de notas Alvah Bessie escribe lo siguiente:

“20 de octubre: despertado a las 4:00 de la madrugada para preparar una lista de grupos nacionales aquí concentrados y facilitarla a la Comisión de la Liga de las Naciones, que ha de llegar hoy. Dicha Comisión no ha hecho acto de presencia, sí se sabe que ayer estuvieron tomando cócteles en Barcelona. Aquí hay 214 estadounidenses (a la gran mayoría de ellos nunca los vimos en los Lincoln) vinculados a otros servicios (Parque móvil, División, cocinas, sanidad, desaparecidos, hospitales, etc.)”

Ahora bien, el ritmo que imprimió el CIRV a su misión fue lento y hasta principios de noviembre no comenzaron en serio su trabajo. “La Comisión, escribirá Bessie en su nota del 27 de octubre, es hostil hacia nosotros (las BI) y hacia España, e insulta a los oficiales españoles y a su pueblo. Están haciendo todo lo posible para perjudicar su misión”.

Actos oficiales de despedida a las BI

Mientras tanto seguían los actos de despedida. El de la 35 División lo recordó su comandante Mateo Merino: “El 15 de octubre, con un desfile y un fraterno ágape, en Pradell y Falset (Tarragona) respectivamente, se celebró el acto oficial de despedida. Asistieron al mismo Luigi Longo (Gallo), inspector general de las BB. II., y André Marty, comisario general de las mismas, quienes, junto al mando divisionario, pasaron revista a los voluntarios de la libertad, ahora ya sin armas, y se dio lectura a la orden de operaciones de la 35 División… en la que se hacía una breve reseña de la épica trayectoria recorrida en su gesta por las BB.II. XI, XIII y XV…”

Despedida en la explanada del túnel de Pradell

Modesto precisa en su libro (Soy del Quinto Regimiento) que  la última revista a las unidades de la 35 División se hizo «en un llano situado sobre el túnel de Pradell (que había servido de hospital de sangre durante la batalla del Ebro) y junto al que se habían enterrado muchos de los caídos en la batalla”. 

Finalmente, el 25 de octubre, se celebró un homenaje organizado a las BI por el Ejército del Ebro en Les Masíes, un balneario -situado entre el monasterio de Poblet y L’Espluga de Francolí- que había sido el Cuartel general del Ejército del Ebro. De nuevo los Cuadernos de Bessie nos relatan detalles de aquel encuentro:

“24 de octubre: hace un mes cruzamos el Ebro por última vez. Un par de noches atrás, dimos una fiesta para la gente del pueblo de Marsá, todo un éxito… A las 2 de la madrugada del 25 de octubre se produjo en Marça una violenta borrasca… Toda la noche en un vagón de tren agujereado, sin ventanas, noche precaria; hombres acurrucados y sin dormir, con frío y temblorosos sobre bancos de 3ª clase (hasta Esplugues). A las 8:00 de la mañana salió el sol, pero todavía hacía frío y humedad. Anduvimos 4 kilómetros hasta la ciudad de Poblet, donde estaban reunidos los Internacionales de las Divisiones 35 y 45. Comimos y permanecimos en el patio cuadrangular de la casa a la espera de los discursos de despedida. Negrín (intelecto fino, orador enérgico pero muy cansado); el coronel Modesto, jefe del Ejército del Ebro, visiblemente conmovido (tipo fuerte, masculino); Marty (demagogo, viejo y flácido); otros presentes, Rojo, etc… Robert Capa, fotógrafo, tomando fotos…”

Destacamos este párrafo del discurso de Negrín: “El Gobierno español quisiera testimoniaros de una manera directa su agradecimiento. Vuestro espíritu y el de vuestros muertos nos acompaña y quedan unidos para siempre a nuestra historia. El Gobierno de la República reconocerá y reconoce a los internacionales, que tan bravamente han luchado con nosotros que ya pueden decirse son connaturales nuestros, el derecho a reclamar, una vez terminada la guerra, la ciudadanía española. ¡Con ello nos honraremos todos!  Buen camino, hermanos internacionales…”

Los voluntarios de la XV BI llegaron a Ripoll el 27 de octubre, pero en la madrugada del día 28 tomaron de nuevo el tren a Barcelona, donde estaban citados todos los internacionales para recibir el homenaje del Gobierno republicano y del pueblo español. A las 4 de la tarde se inició el último desfile de las BI a lo largo de la Avenida del 14 de abril (Diagonal) entre una multitud de más de 200.000 personas. Así lo narró el diario La Vanguardia

“Desfilan las Brigadas heroicas. Escenas de inenarrable entusiasmo. Y comenzó el desfile de las Brigadas internacionales. A la cabeza iban el comisario Gallo y los tenientes coroneles Hans y Morandi. Desfilaron por grupos de nacionalidades. Polacos, alemanes, ingleses, belgas, franceses, países americanos… Cada grupo llevaba al frente, tras los oficiales unas grandes pancartas con títulos significativos. «España, ejemplo para todos los países amenazados por el fascismo», decía la que llevaban los polacos. «La victoria será el mejor monumento a nuestros muertos», la del grupo de los italianos. «Jamás dejaremos la lucha por el triunfo de España», era el lema de los ingleses. «Gracias por lo que nos habéis enseñado en estos dos años de lucha juntos», se leía en la pancarta de franceses y belgas. “Aquí o en nuestros países, siempre lucharemos por la libertad de todos los pueblos», era lo que figuraba en la pancarta de los países americanos… Los hombres de las Brigadas desfilaron ya sin armas los brazos muertos y sin ritmo. Hombres duros en las batallas, heroicos, curtidos a todas las emociones; hombres fuertes, desfilaban con la tristeza reflejada en el semblante. En algunos, vimos lágrimas en los ojos. Fueron estos los momentos más emocionantes, más angustiosos y, a la vez, más sublimes…

Tras las brigadas, cerraban la marcha el cuerpo de abnegadas enfermeras extranjeras que han prestado sus servicios en los frentes y en los hospitales y dos camiones en los que iban mutilados y heridos. También aquí las mujeres del pueblo español se fundieron en un abrazo con las mujeres de otros países que han mitigado en miles de ocasiones el dolor físico de los heridos… y que, en otras, han cerrado los ojos a los muertos”.

Al final del desfile, Pasionaria pronunció su famoso discurso del que entresacamos este párrafo:

“De todos los pueblos y de todas las razas, vinisteis a nosotros como hermanos nuestros, como hijos de la España inmortal, y en los días más duros de nuestra guerra, cuando la capital de la República Española se hallaba amenazada, fuisteis vosotros, bravos camaradas de las Brigadas Internacionales, quienes contribuisteis a salvarla con vuestro entusiasmo combativo y vuestro heroísmo y espíritu de sacrificio. Y Jarama, y Guadalajara, y Brunete, y Belchite, y Levante, y el Ebro, cantan con estrofas inmortales el valor, la abnegación, la bravura, la disciplina de los hombres de las Brigadas Internacionales”.

Ver en este pequeño documental de 4’ un resumen de las despedidas en Marçà, Les Masies y Barcelona.

Bessie no pudo acudir a la cita ya que seguía afectado por un reumatismo. Pero dejó descritas las sensaciones de sus compañeros:

“29 de octubre: los hombres están de regreso de Barcelona, dicen que la manifestación y el desfile han compensado todo por lo que ellos han pasado. Tremendo entusiasmo de la gente: mujeres llorando, levantando a los niños para que los besaran, chicas irrumpiendo en el desfile para besar a los hombres. Azaña, Negrín y La Pasionaria presenciaron el desfile: un enorme despliegue militar, tanques, artillería y aviones volando casi al nivel de la calle, una gran multitud, panfletos al vuelo sobre las calles, banderas y música. Alrededor de 500 Internacionales desfilaron. La propaganda del desfile (se grabaron imágenes) estuvo correctamente organizada. Esto hará más que neutralizar los esfuerzos que está haciendo la Comisión de la Liga de las Naciones para desacreditar a las BI. Siento habérmelo perdido».

Reubicación de los Brigadistas en los Campos de Desmovilización

 Ya en su anotación del 26 de octubre, Bessie había escrito: “Estación de Sans, Barcelona. En camión al cuartel. Todo el día aquí hasta tarde, atravesando las calles en camiones… de camino hasta la estación de Francia. De nuevo en tren, un frío del demonio…” Esta nota revela que, durante esa semana y la anterior, los voluntarios internacionales se habían ido trasladando a sus respectivos lugares de concentración, situados en cerca de la frontera para facilitar su salida lo antes posible. Estos eran:

Allí les tocaría esperar las visitas de control de la CIRV (que seguían realizándose con un ritmo lento) y a que se agilizasen los trámites de su paso a Francia y de traslado a sus respectivos países.

Comisión Histórica de la AABI