Homenaje a George Brown, brigadista irlandés.

El próximo 28 de junio se celebrará en Inistioge el 18 homenaje a este brigadista muerto en combate el 6 de julio de 1937, primer día de la ofensiva republicana de Brunete. Brown era obrero y sindicalista en Manchester. Tras la huelga general de 1926 se adhirió al Partido Comunista del que fue candidato a las elecciones municipales de 1934. En enero de 1937 llegó a España para ayudar en la lucha del pueblo español contra el fascismo. Fue comisario de una de las compañías del batallón Británico y murió trágicamente en una emboscada de los defensores de Villanueva de la Cañada, cuando estos emplearon a personas civiles como escudos humanos simulando su rendición. Fue enterrado en el cementerio de Fuencarral. El homenaje a George Brown coincide con la XVII Marcha de Brunete que este año se realizará cerca de Villanueva del Pardillo. Nuestra contribución este año es la publicación de este poema anónimo:

 

IN MEMORIAM: GEORGE BROWN
  
Hoy es así: un día aciago, un día de muerte.
Y un buen día si la vida
alienta a vivir velozmente,
¡con más viveza!
Qué terrible es hoy el calor,
abrasa vuestros labios, vuestras lenguas…

Al Norte. ¡Mirad fijamente al Norte! Brunete.
Y cerca, más cerca se abre un grupo de casas blancas: Villanueva de la Cañada.
Y páramos y algunos árboles y una carretera y los postes del telégrafo,
y polvo y sed y ansioso afán.
Esto es España. Las casas blancas
son sin duda las casas de España.
¿Recordáis las casas blancas
en los cruces de carreteras de España?
Los campos son campos españoles
y las líneas de telégrafo
van a Avila y Segovia.
 
El afán es el de siempre,
el mismo, el nuevo afán
que crece, que se expande y se libera
para ser más feliz, para vivir.
En lo alto de la carretera
los camiones se mueven lentamente.
En largas filas, por los campos secos,
los hombres se mueven lentamente.
¿Qué llevan? Fusiles.
El sol abrasa sus espaldas.
Antes fue el fragor de las pistolas
pero ahora ya no suenan.
Y marcháis todos
penosamente por los campos…
Seguís andando, seguís andando.
¡Adelante, adelante!
Vuestra fe ya no está en vuestras manos,
ni en vuestro corazón, ni en vuestros labios:
está en vuestros dedos, en vuestro estómago, en vuestros pies doloridos.
Hoy, ¡qué día tan caluroso, y aquellas casas blancas!
 
Y ¿Quién es el siguiente, el que está junto a ti
mirando fijamente a lo lejos, a las casas de Villanueva?
Este, sí éste…
Vuelve la cara, los ojos: sí.
George Brown.
 
George Brown ya no está allí.
Para qué mirar: él ya no está allí.
George Brown ya no es George Brown, ha muerto.
Los fascistas lo mataron en España.
En la aldea de Villanueva de la Cañada
el seis de julio del treinta y siete
a los veintinueve años. Lo mataron.
Con la cabeza entre las manos,
la carne y los huesos
y la fuerza y el amor que había en ellos,
fue enterrado en Madrid.