Ben Murray

Homenaje en Irlanda a Charlie Donnelly y a Ben Murray

El día 27 de febrero de 1937 murió Charlie Donnelly en el último día de la batalla del Jarama. Un año más tarde, el 14 de marzo de 1938, cayó Ben Murray durante las Retiradas de Aragón.

Los Amigos de Charlie Donnelly (FCD) promovieron hace tiempo sendos memoriales: uno en la tierra irlandesa donde nació y el segundo en la tierra española en que descansa. El primero se encuentra en Dungannon, lugar de nacimiento de Charlie. El segundo memorial se encuentra en el parque de Miralrío, en Rivas-Vaciamadrid. Este fue inaugurado en febrero 2010 con el concurso del Ayuntamiento de Rivas, la Embajada de Irlanda y la AABI, dentro de los actos conmemorativos del Jarama.

Inauguración del memorial a Ben Murray en Aughnacloy (Irlanda del Norte)

La recién creada FIBI (Friends of the International Brigades in Ireland)  tiene una actividad incansable y encomiable. El pasado año, aparte de organizar homenajes a George Brown, Peter Daly y otros,  puso en marcha el Primer Concurso Escolar de trabajos sobre las Brigadas Internacionales. El resultado lo sabemos: Eoin McDonald, un joven estudiante de Wexford (de donde era Peter Daly) ganó el concurso con un brillante trabajo.

La FIBI ha apoyado también la realización, el pasado sábado 9 de marzo, de un doble homenaje a C. Donnelly y Ben Murray. La iniciativa partió de un grupo formado por gente de North Monaghan y de South Tyrone apoyado por Friends of Charlie Donnelly y otros grupos republicanos y de izquierda.

De Charlie sabemos algo; de Ben Murray, hasta ahora, poco: nacido en el condado de Fermanagh (Irlanda del Norte), emigró a Canadá para volver a Belfast en los años de la gran crisis. Sindicalista y miembro del Partido Comunista, marchó a España en febrero de 1937 y luchó en el frente del Jarama y en las batallas de Brunete, Belchite y Teruel. El 14 de marzo de 1938, cuando la ofensiva franquista produjo las Retiradas de Aragón, Ben cayó en un lugar entre Alcañiz y Caspe, víctima presumiblemente, de la Legión Cóndor o de la Aviación Legionaria italiana. Fue enterrado en el mismo cráter producido por la bomba que le mató.

Este sábado los compañeros irlandeses se citaron a las 2 de la tarde junto al memorial  de Charlie Donnelly que hay entre Dungannon y Coalisland. Una hora más tarde la comitiva se trasladó a Aughnacloy, la localidad donde creció Ben Murray antes de emigrar a Canadá. Allí, en un lugar llamado Moy Bridge, inauguraron un nuevo memorial a este irlandés muerto por la libertad. Uno más de las decenas que salpican la Isla verde.

Entre otras palabras pronunciadas, cabe citar las del principal orador Eugene McCartan, cuyo discurso reproducimos:

Camaradas y amigos,

 En primer lugar, quisiera agradecer a Eddie O’Neill y a sus compañeros la invitación que he recibido para dirigirme a vosotros hoy aquí, en la inauguración de este memorial a Ben Murray, que murió en la heroica resistencia del Ebro en 1938.

 Ben Fredrick Murray nació el 19 de Julio de 1895 en Enniskillen.  Su familia vivía a las afueras de Aughnacloy, Moy Bridge, en el condado de Tyrone, era el hijo de un policía y se educó en la tradición metodista. Ben tenía solo 16 años cuando emigró a Canadá. Como miles de hombres jóvenes se alistó para combatir en la Primera Guerra Mundial en las filas canadienses, esa bárbara carnicería interimperialista, una guerra que trazaría nuevamente las fronteras que se repartirían los victoriosos poderes imperialistas. Ben quedó claramente marcado por lo que vivió durante esa guerra pero también por los acontecimientos que tuvieron lugar en Rusia con la Revolución Bolchevique de 1917. Se hizo miembro del Partido Comunista de Canadá y fundó su propio periódico comunista. Vivió y trabajó en Canadá hasta su regreso a Irlanda en 1933.

 A su regreso se hizo miembro de los Grupos de Trabajadores Revolucionarios, una red de grupos extendidos por todo el país, que más tarde se unieron para formar el Partido Comunista de Irlanda. Ben era tanto un intelectual como un hombre de acción. Se involucró en la lucha social de Belfast, consciente de la necesidad de unir a los trabajadores tanto protestantes como católicos. Era una unidad necesaria para acabar con el movimiento reaccionario y de interferencia imperialista que había sobre el pueblo irlandés. Lo que impedía esa unidad era una combinación de unionismo reaccionario, representado por el gobierno de Stormont, utilizando la discriminación sectaria y las fuerzas del estado, y las facciones hostiles de la jerarquía eclesiástica católica hacia la amenaza del comunismo.

 Ben era un gran trabajador y un buen orador. Tras la derrota de la lucha social, se fue a Londres en 1935 en un barco de transporte de ganado y luego llegó en bici hasta Londres, donde, una vez más, se convirtió en una fuerza aglutinadora de la clase trabajadora en esa ciudad convirtiéndose en un orador habitual los domingos por la mañana en el “Speaker’s Corner”. Partió hacia España en febrero de 1937 dando uso al aprendizaje en tácticas de guerra que había adquirido al servicio del imperialismo y volviéndolas contra los aliados del imperialismo: los fascistas españoles liderados por el general Franco y sus aliados italianos y alemanes. Mientras estuvo en Londres y bajo fuego enemigo en las trincheras españolas, Ben Murray encontró el tiempo para mantener el contacto por carta con sus amigos de Aughnacloy,  lo que da muestra del valor que para él tenía su lugar de origen y la importancia de sus amigos y vecinos. El camarada Ben Murray murió en Aragón, en la Batalla del Ebro el 14 de marzo de1938.  Está enterrado un olivar bajo la hondonada producida por la bomba que lo mató.

 La historia de Ben Murray es la historia de muchos de aquellos que dejaron sus hogares para ir a España en respuesta al llamamiento del pueblo español, para defender la democracia y a los españoles frente al avasallamiento fascista. Los voluntarios irlandeses son la expresión más noble de ese gran deseo de nuestra gente de olvidar rencillas pasadas, y de olvidar las falsas divisiones creadas por una fuerza extranjera. Los irlandeses respondieron a la llamada de la democracia desde Cork y Waterford, de Dublin, Kerry y Belfast y Derry, de Newry y Moy Bridge. Nuestra gente acudió de Falls y de Shankill,  luchando juntos y muchos muriendo juntos, su sangre derramada fertilizando la tierra española. Ben Murray, de tradición metodista, Eamon Mc Grotty sacerdote católico de Derry, el pastor boxeador Hilliard de Killarney, los trabajadores de Shankill y de Falls, de los barrios obreros de Dublin y las pequeñas granjas de la isla de Achill.

 Lo que estas personas han mostrado es el poder del pueblo. La gente aprende de su propia experiencia si les damos la oportunidad y abrimos su entendimiento. Hoy en día, nosotros, tanto del Norte como del Sur, estamos sufriendo una gran crisis económica, similar a la que afectó a millones de trabajadores en los años 30, condiciones que Ben Murray sufrió.  Pero aquellos hombres valientes dejaron nuestra tierra y fueron a España, y también fueron valientes los hombres y mujeres que se quedaron y continuaron la lucha contra la explotación laboral y social impuesta por patronos y terratenientes.

 Tenemos con ellos una deuda de gratitud. Fueron ellos los que plantaron cara y pidieron una mejora de condiciones laborales, conquistaron el derecho a que nuestros hijos fueran a la escuela, el derecho a ir al médico si enfermamos, el derecho a una pensión tras una vida de trabajo, el derecho a una vivienda digna.

 Hay lecciones que debemos aprender hoy de todo esto. Es mejor vivir de pie, manteniendo la dignidad y luchar por un mundo mejor, que vivir arrodillado y acobardado por las fuerzas del imperialismo: la Unión Europea, los Estados Unidos y la intervención británica en esta parte del país. Estamos acorralados y controlados por el Banco Central Europeo y el FMI. Lo que Ben y otros como él vieron, y esta es una visión que yo comparto, fue que lo principal en el combate contra el imperialismo no es la acción decidida de unos pocos, si no la movilización de un pueblo consciente. Tuvieron el valor de soñar con un mundo mejor. Sus sueños fueron mayores que los de las pequeñas mentes que controlan a nuestra gente, que nos han empequeñecido y anulado intelectual y culturalmente.

 No podríamos dejar que este día pasara sin saludar al gigante que nos acaba de dejar, Hugo Chávez, expresar públicamente nuestra solidaridad con su familia, el gobierno y la gente de Venezuela. Él se atrevió a sonar con un país mejor, trajo esperanza donde solo había habido desesperación. Trató a todos por igual, implementa el principio de igualdad con políticas que lo hicieron posible. Sabemos por experiencia que el imperialismo no se da por vencido en su lucha contra lo que más teme: un pueblo orgulloso que exige dignidad. No es extraño que los agentes del imperialismo estén ocupados generando y fomentando la inestabilidad y la división. La victoria de los venezolanos o de los cubanos es la victoria de todos nosotros; su derrota, la nuestra.

 Gente como Ben Murray creyó y luchó para que nuestro mundo fuera mejor superando la división sectaria y la explotación laboral. Los católicos, protestantes y disidentes podían dejar atrás sus diferencias para unidos construir un país mejor con el legado de Wolfe Tone y de James Connolly. Gente como Ben Murray, Michael O’Riordan y Frank Edwards, cuyo hijo Seán está con nosotros hoy aquí, escribieron sus propias páginas de la historia. No se lo dejaron a otros para hacer, ni se quedaron al margen de la historia. Aquellos valerosos hombres y mujeres de las Brigadas Internacionales se forjaron el destino con sus propias manos.

Sabemos por la experiencia de Dan Murray que la gente es capaz de hacer y de cambiar las cosas, que el cambio es la única constante en la vida. Todos los que estamos reunidos aquí hoy tenemos el deber de retarnos y de hacer que otros nos acompañen, para que un día no muy lejano, podamos reunirnos en Shankill Road  y en Newtownards Road para inaugurar un memorial como este a los hombres que caminaron por esas calles y que murieron en los campos de batalla españoles.  Son nuestra historia, nuestra gente, nuestros camaradas.

 El reto al que nos enfrentamos es el de dejar atrás estos dos estados fallidos que han arruinado las vidas de nuestra gente. Debemos construir una nueva república, una república que elimine la explotación de un ser humano por otro, una república que trate a todos sus hijos por igual, que de seguridad y comodidad a los ancianos, que acoja a todos y no solo a la minoría adinerada, que se enorgullezca de nuestra historia y cultura, que se posicione con los oprimidos de este mundo en la lucha contra el imperialismo. Como dijo James Connolly,  “nuestras exigencias son de lo más moderadas, sólo pedimos la Tierra.”

 Debemos hacer honor al reto que se nos presenta como hicieron Ben Murray y sus compañeros, y soñar y actuar por un mañana mejor, movilizarnos y luchar juntos por una democracia nueva en toda Irlanda que nos una, y trabajando juntos construir la democracia popular por la que James Connolly dio sus vida.

 Te saludamos Ben Murray, hijo honroso del pueblo irlandés. Pues, como dijo Connolly,

“Irlanda sin su gente no significa nada para mí.”