Almudever 13

Noticias sobre los hermanos Josep y Vicent Almudever

A finales de octubre se celebraron los actos con motivo del 75 aniversario de la despedida de las Brigadas Internacionales. Tuvieron lugar en Cataluña y en Valencia, organizadas entre otras por Terra de Germanor, y se realizaron distintos actos tanto académicos como memorialistas. Un momento importante fue el discurso pronunciado por Josep Almudéver al término de la obra Good Bye Barcelona. Podéis verlo aquí

Otro hecho a destacar fue  la inauguración de un monumento a la XIV BI en Campredó (Tarragona). Por estos lugares tuvo lugar el intento de paso del Ebro en la noche del 24 al 25 de julio de 1938. Era una acción diversiva con el fin de que el cruce principal del Ebro entre Ribarroja y Benifallet pudiera hacerse con éxito, como así fue. El problema es que a la XIV le tocó jugar un papel muy duro; su acción fue rechazada y las pérdidas fueron cuantiosas. Por esos días el comisario de la XIV era Henry Rol-Tanguy (luego héroe de la Resistencia, como venimos diciendo estos últimos días). Su viuda Cecile, que luchó también en la Resistencia, fue la que procedió a la inauguración del memorial junto con los hermanos Joseph y Vicent Almudever, brigadista el primero y ambos miembros del Ejército Popular de la República. Ambos participaron en la batalla del Ebro, Vicent en la 31 BM y Josep en la Batería internacional Carlos Roselli. 

Josep tenía otra cita en las Jornadas «Roja Tardor» organizadas a principios de noviembre por el Institut de Estudios Políticos en la Universidad de Valencia. Allí habló de la guerra y de la actualidad, demostrando que conserva vivo el coraje de los jóvenes de ayer y tratando de difundirlo a los de hoy. Por eso se trasladó al pueblo de Silla para contarles a los chaveles del IES Sanchís Guarner lo que fueron aquellos años y dar testimonio de una vida que mantiene vivos los ideales por los que luchó entonces.

De todas estas idas y venidas se han publicado diversas informaciones que podéis leer:

Inauguración del monumento a la XIV BI en Campredó

Conferencia de Josep Almudever en la Universidad de Valencia

Conferencia de Joseph Almudéver en el IES de Silla

Artículo de Enric Llopis en Rebelión

Entrevista con Vicent Almudéver en Diari de guerra

Y aquí incluimos la entrevista con Josep Almudever aparecida en El País:

“Jamás en la vida olvidaré los gritos de los fusilados”

El veterano es uno de los cinco supervivientes de las Brigadas Internacionales

El País 12 nov 2013

Se cruzaron por casualidad en una plaza de Marsella. Se miraron de arriba abajo y se fundieron en un abrazo. Ambos habían sido brigadistas internacionales y habían combatido contra el Ejército golpista durante la Guerra Civil española. Lo supieron enseguida porque llevaban puesto el mismo traje, el que regaló el Gobierno republicano a los brigadistas cuando tuvieron que abandonar España. “El doctor Juan Negrín nos vistió y nos dio 310 francos”, recuerda Josep Almudéver, mientras enseña la fotografía de su encuentro, en Marsella, con el tangerino Antonio Arenas. “No nos conocíamos de nada, pero al vernos vestidos con el mismo traje supimos que teníamos en común España y la República”, explica el excombatiente, de 94 años, sin inmutarse por la molesta arena de la playa de la Malva-rosa de Valencia que levanta el fuerte viento de poniente.

Tocado con una boina y con un aire al doctor Gachet que pintó Van Gogh, Almudéver espera en una terraza a unos amigos franceses y valencianos para comer en un conocido restaurante del paseo marítimo. No probarán la típica paella frente al mar. “No porque no la hagan buena aquí, ¿eh?, pero es que ya se sabe que como en casa, ninguna, y a nosotros nos sale de categoría”, interviene Antoni Simó, historiador y amigo del brigadista, al que acoge en su casa de Alcàsser, a 15 kilómetros de Valencia. Residente en Francia, Almudéver asiente y apura su refresco.

Ha sido un hombre de acción toda su vida. Y sigue sin parar, yendo allá donde le reclaman para contar su lucha en institutos, universidades y foros diversos. Nació en Marsella, fruto de otro encuentro casual. Su madre, valenciana, trabajaba en un circo de gira por Europa cuando estalló la I Guerra Mundial. En la ciudad francesa conoció al que sería su marido, que había abandonado su Alcàsser natal para eludir las represalias: intentó quemar la iglesia ante la negativa del cura a dejar bailar y celebrar una verbena.

El hispanofrancés Josep Almudéver heredó la militancia y el oficio de albañil de su padre. Cuando se declara la Guerra Civil ya vivía con su familia en Valencia y se alistó en el Ejército republicano quitándose años. Lo descubrieron y lo mandaron a casa. Volvió al frente y le hirieron. Se recuperó y vio la oportunidad de reincorporarse inmediatamente con la Brigada Garibaldi. Lo aceptaron como francés, traductor y combatiente. Y cuando los brigadistas se marcharon de España por decisión del Comité de No Intervención, se las apañó para regresar a Valencia. Era el final de la guerra. Después huyó con su padre al puerto de Alicante. Allí fue recluido en el campo de concentración de Albatera.

El tono vitalista del brigadista, que posteriormente fue maqui, se ensombrece. “No sé por qué, pero siempre me obligaban a mirar los fusilamientos de los que intentaban escapar del campo de concentración. Jamás en la vida olvidaré los gritos de los fusilados”, afirma. Mira un instante el horizonte, se reincorpora y continúa con la conversación.

Conserva una extraordinaria agilidad física y mental. Dice que conoce a algunos de los cinco brigadistas que quedan vivos, según la Asociación de Amistad con los Brigadistas Internacionales, de los más de 45.000 que llegaron a España para luchar por la República. “Yo soy de los pocos que puedo viajar. Y no voy a dejar de hacerlo mientras pueda”, concluye.