Gaza

La historia se repite… a la inversa

Las noticias sobre el genocidio que se está produciendo en Gaza están sacudiendo las agencias de prensa y la conciencia mundial. Pero la respuesta sigue siendo la de siempre: insensibilidad generalizada con la población palestina y silencio ante la barbarie.

El estado israelí no tiene ningún derecho a realizar estos bombardeos que están causando decenas de muertos civiles. Al hacerlo se ponen al nivel de los que en otro tiempo fueron sus perseguidores. Sobre todo teniendo en cuenta que estas matanzas son la secuela final de una política de segregación y abuso generalizado de la población palestina, a la que expolian sin dejar salidas razonables.

Luis García Montero pone el dedo en la llaga en su artículo de Público y esto nos recuerda que la historia se repite como en aquel trágico noviembre de 1936. El periodista Louis Delaprée, conmocionado con los bombardeos de Madrid por parte de los aviones de la Legión Cóndor, trataba de publicar sus crónicas en el diario francés Paris-Soir. Pero el director prestaba más atención a las noticias que interesaban al «público», es decir los amoríos del rey Eduardo VIII de Inglaterra con la Sra. Simpson. Delaprée dejó de mandar sus artículos y mandó una carta que terminaba así: “… no les enviaré nada más. No vale la pena. La matanza de cien niños españoles es menos interesante que un suspiro de la señora Simpson, puta real”. 

La historia se repite: fútbol, conciertos, juergas… drogas en general interesan más en este podrido mundo capitalista que el destino de millones de personas que pasan hambre, que viven sin medios y sin dignidad o que, como en el caso de Palestina, son masacrados por un estado sin entrañas. De allí vinieron más de 300 voluntarios a luchar contra el fascismo, pensando que «Madrid estaba antes que Hanita», es decir que la lucha contra el fascismo era una causa más importante que la construcción del Estado judío. Pero solo vinieron 300. ¿Qué les dirían ahora aquellos nobles luchadores a los actuales gestores de Israel? ?Qué nos dicen a nosotros?