Islandeses

Voluntarios Islandeses en la Guerra Civil

Macià Riutort i Riutort (Universitat Rovira Virgili)

El profesor Riutort nos autorizó publicar este novedoso artículo sobre los voluntarios islandeses en las Brigadas Internacionales. Tenemos que señalar que descartamos la mayor parte de los dos primeros epígrafes de este trabajo (Islandia, una gran desconocida y El trenzado económico entre España e Islandia a finales de 1939) por apartarse un poco del foco del tema que nos interesa.

Hay algún tema pendiente, como el deVernharður Eggertsson: ¿fue realmente miembro de las Brigadas Internacionales? Es algo que se podrá comprobar accediendo al recién abierto Archivo de las BI de Moscú. Animamos a los amantes de este tema a que ellos mismos lo hagan, cosa que requiere tiempo y paciencia

Agradecemos a Macià Riutort su amabilidad al dejarnos publicar este trabajo y a nuestro compañero Jesús Viu que hizo la traducción. Al final, como epílogo, añadimos unas notas biográficas complementarias del profesor Aitor Yraola sobre el voluntario Hallgrímur Hallgrímsson.


… El estallido de la Guerra Civil supuso el derrumbe de las exportaciones islandesas de bacalao a España.

El mercado español permaneció cerrado prácticamente por espacio de dos decenios, hasta 1960, lo que significa que las consecuencias económicas reales, que la Guerra Civil española tuvo en Islandia fueron enormes. He creído conveniente mencionar este hecho ya que, de cara a sopesar la presencia de luchadores islandeses en las Brigadas Internacionales hay que tener en cuenta, en mi opinión, la información que he mencionado anteriormente: en los años 20 y 30 Islandia era para España una perfecta desconocida, España, en cambio, era en Islandia sinónimo de un mercado esencial para la principal industria islandesa y, por tanto, fuente de bienestar económico. Además, España era el país productor de buena parte del vino y de sus productos derivados, que se vendían en Islandia. Es posible que este hecho contribuyera a que un puñado de islandeses decidiera emprender un viaje largo y difícil para defender la libertad en España y alinearse al lado de la República. Una especulación mía que no puedo seguir es si, en el momento de venir a España, los combatientes islandeses no lo hicieron, entre otras cosas, con la intención de averiguar qué estaba pasando realmente, ya que las exportaciones islandesas de pescado hacia España se habían reducido tan drásticamente coincidiendo, aparentemente por casualidad, con la proclamación de la II República. El estancamiento del comercio entre ambos países despertaba interés en Islandia, por lo que pudiera estar pasando en España, ya entonces la prensa islandesa, tanto la de izquierdas como la de derechas, se encargó de dar a conocer los acontecimientos españoles, y ello tanto antes como después del estallido de la Guerra Civil. Sólo a modo de ejemplo: en 1934, el Verklýðsblaðið o La Hoja Obrera (o si se quiere, Diario de la Clase Trabajadora), el órgano del Partido Comunista islandés, había estado informando exhaustivamente de los hechos en torno a la Revolución de Asturias.


3. Voluntarios islandeses, combatientes y no combatientes, en España durante la Guerra Civil

Se tiene constancia de la participación de seis islandeses en la Guerra Civil española. Tres de ellos como voluntarios de las Brigadas Internacionales: Hallgrímur Hallgrímsson, Björn Guðmundsson y Aðalsteinn Þorsteinsson. Los tres restantes: Gunnar Fredrik Finsen que participó como médico ayudante en el levantamiento del Hospital Sueco-Noruego de Alcoy; Björn Franzson, de forma indirecta como escritor; y por último Vernharður Eggertsson, que tuvo una participación objeto de polémica, siendo posible que fuera miembro de las Brigadas Internacionales.

Además de estos seis mencionados, hubo al menos tres islandeses más que, por encontrarse ya en España cuando estalló la Guerra Civil, se convirtieron en testigos de los hechos a través de sus declaraciones y escritos: Helgi Palsson Briem, Björn Halldórsson y Örn Olafsson Johnson. Que se sepa, no hubo participación femenina, la participación islandesa fue, por tanto, estrictamente masculina.

Una buena información sobre los participantes en la Guerra Civil española, tanto como voluntarios de las Brigadas Internacionales como como voluntarios humanitarios se puede encontrar en las obras del Einar Olgersson, de Róbert Sigurðarson y de Aitor Yraola reseñadas al apartado dedicado a la Bibliografía. De estas obras y de los propios conocimientos se nutre el presente trabajo. Los resultados de la tesis doctoral de Aitor Yraola no son libremente accesibles online, pero quedan bien reseñados en un artículo suyo de 1994 que deja entrever un magnífico trabajo de investigación. Resulta imperdonable que trabajos de este tipo, dado su innegable interés, no se vean publicados.

El anuario Landneminn («El Colón») de 1938, pág. 10, bajo el título «Hjálpið span» (¡Ayude España!), hace una presentación gráfica de los tres combatientes islandeses de las brigadas internacionales: Hallgrímur Hallgrímsson, Björn Guðmundsson y Aðalsteinn Þorsteinsson, quienes adquieren un rostro para nosotros al incluir sus fotografías. En el citado artículo, destinado a recaudar ayudas para la República, sin embargo, no se dan más detalles sobre sus actividades en España, ni sobre su motivación ni sobre la forma en cómo llegaron hasta España.

Estos tres combatientes son los tres islandeses que se mencionan cuando se habla de los islandeses que participaron en la Guerra Civil, mientras que sus otros compatriotas han quedado siempre un poco a la sombra, algo comprensible si tenemos en cuenta que su paso por la guerra civil española revistió otro carácter. Los tres combatientes citados arriba son los tres islandeses a los que Álfrún Gunnlaugsdóttir dedicó su libro Yfir Ebrofljótið (2001) [Pasando del Ebro], inspirado en la figura de Hallgrímur y en las memorias que éste publicó en Reykjavik una vez retornó de España. También son ellos los que menciona con su nombre Soffer Audur Birgisdóttir, en su reseña del libro de Álfrún (2001).

Paso ahora a presentar a los islandeses que vinieron a España durante la Guerra Civil o que se encontraban ya aquí cuando ésta estalló.

3.1. Hallgrímur Hallgrímsson 10/11/1910 – 14/11/1942

La mayor parte de la información de la que yo dispongo, sobre las actividades de los islandeses en la España republicana durante la Guerra Civil, procede del propio Hallgrímur quien llevó a cabo una febril actividad publicista, la mayor parte de la que actualmente es accesible online (se pueden ver en la bibliografía diferentes enlaces a las publicaciones periódicas islandesas, a ellas envió sus artículos de guerra). Aparte de estos artículos, en 1944 apareció un homenaje sobre él realizado bajo la dirección de Ólafur Grímur Björnsson, del que se han hecho varias ediciones. En este homenaje se dan gran número de datos sobre la vida, pública y privada, y se incluye una exhaustiva relación de todos sus artículos, lo que facilita enormemente la labor de investigación en las hemerotecas.

Nacido en el seno de una familia de clase trabajadora, Hallgrímur llegó a España el 20 de diciembre de 1937 y se integró a la XI Brigada de las BI (la Brigada «Thälmann»), en su primer batallón, el batallón «Edgar André». Luchó en ella durante la Ofensiva franquista de Aragón en la primavera de 1938, y ya hasta el otoño del mismo año luchó en la Batalla del Ebro donde fue herido. En abril de 1938 demostró un gran coraje en los combates de Batea-Gandesa, lo que le valió el reconocimiento de los compañeros alemanes. El 20 de noviembre de 1938 volvió a Islandia con la graduación de sargento. Hizo el viaje de vuelta en tren con Aðalsteinn Þorsteinsson hasta Copenhague, donde se embarcaron hacia Islandia el 4 de diciembre. En 1940 se casó con Oddný Pétursdóttir, con quien tuvo una hija. Murió en circunstancias aún no esclarecidas a mediados de noviembre de 1942, al desaparer el bote con el que se trasladaba del fiordo de Seydisfjordur a Skala. Una de las hipótesis que se han manejado es que el bote fue torpedeado o ametrallado por un submarino alemán. La información específica sobre su paso por las Brigadas Internacionales se puede consultar en la página web:http://www.internet.is/baldurs/Hallgrimur_Hallgrimsson.html

Hallgrímur escribió, como ya comenté, numerosísimos reportajes de guerra para la prensa islandesa, no sólo para la de izquierdas, sino también para la prensa de derechas que por cierto se había posicionado claramente, por no decir histéricamente, a favor los sublevados. Aparte de estos innumerables artículos, Hallgrímur publicó sus vivencias de la Guerra Civil en un libro, titulado Undir Fana Lýðveldisins – Minning Fray Spánarstyrjöldinni [«Bajo la bandera de la República – Memorias de la Guerra de España»] publicado en Reikiavik en 1941.

3.2. Aðalsteinn Hólm Þorsteinsson (Reykjavík 22/8/1914 – Reykjavík, 4 /5/1961)

Nacido en el seno de una familia de clase trabajadora, Adalsteinn viajó a España junto con Björn Guðmundsson a finales de verano de 1938. Se integró en la XI Brigada, en el batallón Edgar André, y al igual que sus dos otros compañeros también fue herido en la Batalla del Ebro. Volvió a Islandia con Hallgrímur Hallgrímsson en noviembre-diciembre de 1938.

3.3. Björn Guðmundsson (Ánanaustir, Reykjavík 17/7/1914 – Reykjavík, 24 /7/1972)

Björn Guðmundsson procedía, al igual que sus dos otros compañeros brigadistas, de una familia de clase trabajadora. Vino a España con Aðalsteinn y como él y Hallgrímur se integró en la XI Brigada, pero en un batallón diferente (según Einar Olgersson, Hallgrímur y Aðalsteinn estaban en el Batallón Edgar André, mientras que Björn Guðmndsson pertenecía al batallón Thälmann). También fue herido en la Batalla del Ebro. Sus heridas fueron más graves que las de Hallgrímur y Aðalsteinn, razón por la cual no pudo volver con ellos a Islandia en noviembre de 1938; lo hizo, finalmente, en marzo de 1939. Björn volvió mutilado a Islandia donde después tuvo varios trabajos, entre ellos el de taxista.

3.4. Gunnar Fredrik Finsen ‘l’Alt’ (Hamburg, Alemania 8/12/1907 – Oslo, Noruega, 24 /7/1985)

A diferencia de los otros islandeses, Gunnar procedía de una familia burguesa. Su padre, Vilhjalmur Finsen fue el fundador en 1913 del diario conservador Morgunblaðið –periódico que durante la Guerra Civil se posicionó de manera rotunda contra el gobierno de la República- y en 1934 se convirtió en el embajador del Reino de Islandia ante el Reino de Noruega.

Gunnar también se diferenciaba de sus compañeros islandeses por la educación recibida: era médico radiólogo, tenía educación superior y universitaria. Se sabe también que hablaba castellano, este hecho, además de hacerse pasar por ciudadano noruego -lo que realmente no era- le permite en 1937 presentar en Noruega una solicitud para integrarse como médico voluntario en el ejército de la República. Llegó a España el 18 de marzo de 1937 y fue destinado a un hospital de Alcoy (Valencia) donde permaneció hasta el 21 de septiembre del mismo año, fecha en la que volvió a Noruega. Años después, a raíz de la ocupación alemana de Noruega, huyó a Inglaterra. En 1945 volvió a Noruega y ejerció como médico hasta su jubilación. A partir de 1950, cada verano vino a España donde compró una casa en Calpe.

3.5. Vernharður Eggertsson (Akureyri, 4 / 12 / 1909 – ahogado en algún lugar del Atlántico, 13 / 2 / 1952)

Al igual que Gunnar, Vernharður procedía de una familia acomodada: era hijo de Eggert Einarsson, tendero de ultramarinos, comerciante y propietario de una cervecería en Akureyri. Su presencia en las Brigadas Internacionales está hoy cuestionada, habría que investigar en los archivos para poder constatarla o refutarla. Vernharður, también conocido con el seudónimo literario de Dagur Austan, escribió un libro sobre su participación en la Guerra Civil: Íslenzkur æfintýramaður í styrjöldinni á Spáni [Un aventurero islandés en la Guerra Civil española].

No puedo entrar en el debate de si su presencia en España fue real o no, no dispongo de la documentación necesaria para hacerlo. Señalo sin embargo, que hay ciertos factores que podrían haberle hecho perder las simpatías de un determinado sector, y que podrían ser la razón por la cual se le habría querido desacreditar: 1º) es relativamente crítico con los republicanos, lo que causa un cierto desasosiego. Por ejemplo, la descripción que hace de los fusilamientos de prisioneros franquistas y 2º) al parecer, y lo diga como lo diga, el personaje desertó. La imagen de un desertor desentona en el cuadro general de heroísmo de los combatientes extranjeros en el Ejército republicano. Como ya he dicho, corresponde a los historiadores decir la última palabra sobre su participación en las Brigadas Internacionales, participación que sólo se puede afirmar una vez hayan sido evaluadas todas las fuentes documentales que puedan existir.

3.6. Björn Franzson (Engelsviken, Onsöy, 7 / 6 / 1906 – Reykjavík, 7/ 2 / 1974)

Fue el más intelectual del grupo: profesor, escritor, traductor, traductor jurado del danés y músico. Vino a España para asistir, como representante del Félag byltingarsinnaðra rithöfunda en Islandia (Asociación de escritores revolucionarios de Islandia) en el «II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura», que tuvo lugar en Valencia y Madrid entre el 4 y el 11 de julio de 1937. Björn informó de las sesiones del congreso a través de diversos artículos que se publicaron en Þjóðviljinn (La voluntad del Pueblo) y Rauda Penn (Plumas rojas). Entró en España por Port Bou el uno o el dos de junio de 1937 y se dirigió en coche, junto con el grupo con el que viajaba, hasta Valencia tras hacer escala en Barcelona. Después de dos días en Valencia fue a Madrid, también en coche. Por ello participó, tanto en las sesiones del congreso de Valencia como las de Madrid. Al cabo de cinco días volvió a Valencia donde permaneció hasta finales de julio o comienzos de agosto que es cuando volvió a Islandia pasando por París y Copenhague. No he podido averiguar las fechas exactas del viaje de vuelta. Su participación en la guerra consistió en denunciar las brutalidades de los sublevados a través de varios artículos y escritos.


4. Testimonios de la Guerra Civil por parte de islandeses no combatientes

Como ya he mencionado anteriormente, se tiene constancia del testimonio directo de la Guerra Civil, hasta el momento en que abandonaron el país, por parte de al menos tres islandeses: Helgi Palsson Briem, Björn Halldórsson y Örn Olafsson Johnson.

4.1. Björn Halldorsson (Reykjavík 27 / 3 / 1911 – Reykjavík 11 / 10 / 1965)

Era estudiante y llegó en junio de 1936 a España para estudiar castellano y Altos Estudios Empresariales, en la Escuela Superior de Comercio de Valladolid. Björn fue testigo del estallido de la guerra en Bilbao, pero vivió en Valladolid las primeras semanas de la guerra. Contó sus vivencias al corresponsal de guerra del Morgunblaðið (30 de julio de 1936, p. 2., 7 de marzo de 1937 p. 5-7, y 23 de agosto de 1936, p. 3). El 1 de septiembre escapó finalmente de Valladolid. Se dirigió a Vigo y cuatro meses más tarde pudo salir en un barco que iba hacia Inglaterra. Su validez como testigo me parece cuestionable por no decir directamente tendenciosa y sesgada, aunque son los historiadores los que tienen la última palabra sobre si puede ser real o si, por el contrario, es tendenciosa. Cuenta que se encontraba en la Plaza Mayor de Valladolid, cuando los republicanos dispararon con ametralladoras sobre una multitud de civiles, y que él tuvo que salir corriendo y saltando por encima de numerosos cadáveres de mujeres y niños. Personalmente no tengo constancia de ningún acto de este tipo en Valladolid durante la primera o la segunda semana de la Guerra.

4.2. Helgi Pálsson Briem (Akureyri 18 / 6 / 1902 – Reykjavík 2 / 8 / 1981)

Diplomático del Reino de Islandia (enero de 1932) y del Reino de Dinamarca (desde 1935), estaba encargado sobre todo de los asuntos relacionados con la exportación de bacalao. Tenía su residencia fijada en Barcelona, donde le sorprendió el estallido de la guerra. Dejó constancia de sus vivencias en el artículo titulado «Í borgarastyrjöldinni á span» [En la Guerra Civil de España]. Salió a escondidas de España el 25 de julio de 1936 en un viaje muy azaroso hasta la frontera francesa. Tras la independencia de Islandia, Helgi se integró totalmente en el cuerpo diplomático islandés, para el que trabajó hasta 1960, pero no quiso volver a España.

4.3. Örn Ólafsson Johnson (Reykjavík 18 / 7 / 1915 – Reykjavík 7 / 4 / 1984)

Estudiante, hijo de Ólafur Johnson, comerciante al por mayor de Reikiavik. Había venido en 1936 a España (no he podido averiguar la fecha exacta) para estudiar castellano y Altos Estudios Empresariales en la Universidad de Madrid. El estallido de la Guerra le sorprendió, pues, en Madrid. Se refugió en la Embajada del Reino de Noruega donde permaneció dos semanas; con la ayuda del embajador huyó a finales de julio de Madrid hacia Bilbao. Hacia el 4 de agosto salió de Bilbao con un barco de pesca que lo dejó en el Reino Unido, de ahí volvió a Islandia días después. Su testimonio de los primeros días de la guerra salió publicado en el diario Morgunblaðið; no he podido averiguar quién redactó las noticias. Aparte de la edad (tenía 21-22 años), el hecho de que perteneciera a una familia burguesa, le debía hacer especialmente susceptible a lo que estaba pasando en Madrid y Bilbao. No continuó el negocio familiar sino que se dedicó a la aviación. A partir de 1939 trabajó como piloto y, posteriormente, como gerente de varias compañías aéreas, entre ellas, Flugleiðir.


5. La presencia de la guerra civil española en la literatura islandesa

No quiero terminar el presente trabajo sin dedicar unas líneas a la presencia de la Guerra Civil española en la literatura islandesa. Me remito a la obra de Aitor Yraola 1994: 140-143 para más detalles sobre la presencia de la Guerra Civil española en autores islandeses de los años treinta y cuarenta. Aquí, quisiera mencionar dos obras, relativamente recientes, que giran directa o indirectamente alrededor de la Guerra Civil. Se trata de:

Álfrún Gunnlaugsdóttir: Yfir Ebrófljótið [Pasando el Ebro]. Reykjavik, Mal og Menninger, 2003. La obra, dedicada expresamente a los tres brigadistas islandeses Hallgrímur Hallgrímsson, Aðalsteinn Þorsteinsson y Björn Guðmundsson, gira en torno a la llegada a España de un brigadista imaginario, inspirado en la figura de Hallgrímur, y su participación en la batalla del Ebro y en la salida final del país. De acuerdo con las declaraciones de la autora, una reconocida hispanista islandesa, la obra se basa en las memorias de Hallgrímur.

Kristinn R. Ólafsson: Pósthólf dauðans [El apartado de correos de la muerte]. Seltjarnarnes, Ormstunga, 1998. Un viejo es encontrado muerto en su domicilio de Madrid. Durante la Guerra Civil, un islandés que vive en Madrid se había relacionado con el muerto. El islandés, que había entrevistado al asesinado, se convierte en sospechoso del mismo. Para demostrar su inocencia, emprende un viaje a Madrid en busca del culpable. Kristinn es escritor y corresponsal en Madrid de la Radio Nacional de Islandia.


Addenda

Notas de Áitor Yraola sobre Hallgrímur Hallgrímsson.10.11.1910 – 14.11.1942.(En «La repercusión de la Guerra Civil española en Islandia, 1936-39»)

Halígrimur Hallgrímsson, el primero de los voluntarios islandeses, fue un hombre excepcional, segundo hijo de una familia humilde, joven espabilado en el colegio, deportista que ni bebía ni fumaba, pronto ingresó en el P.C.I., animado por Einar Olgeirsson su maestro en Akureyri. Estudió en la Escuela Lenin de Moscú donde recibió una ínedalla, participó de lleno en el movimiento de las Juventudes Socialistas y Comunistas de Islandia. Antes de su viaje a España como voluntario, encabezó un grupo que consiguió arrebatar una bandera con la cruz gamada de un barco alemán atracado en el puerto de Reikiavik, y escribió artículos criticando a las camarillas capitalistas locales.

Acabada ya la guerra le confesó a un periodista la razón de su viaje: «la razón de ir a España fue similar a la de otros muchos voluntarios, tratar de demostrar que en Islandia también importaba el que la democracia y los derechos humanos en el continente fueran aplastados en un país tras otro», su decisión de participar en la guerra fue fruto tanto de la reflexión política acerca de la amenaza del fascismo en Europa cuanto, de su valentía y solidaridad con las vicisitudes del pueblo español, en mi opinión, Halígrímur Hallgrímsson no fue «un comunista radical» en un sentido dogmático, como le recordaba el ex-jefe del P.C.I. Brynjólfur Bjarnason, sino un hombre de principios, un idealista comprometido con una gran causa. Participó en las Brigadas Internacionales, primero como enlace en la batalla de Levante y luego como sargento en el segundo batallón Thaelman, XI Brigada de la 35 División en el frente de Batea-Gandesa desde el 20 de abril de 1938 hasta la retirada de las Brigadas de España. Desde el frente envió cartas y artículos que se publicaron en el Pjó&viljinn. Su participación en la guerra originó una polémica local entre la burguesía reaccionaria, —representada por el Morgunblañi&— temerosa de perder sus intereses económicos en España, y el P.C.l. que defendía a ultranza la legítima defensa del pueblo español. En la guerra, Halígrímur combatió en los frentes más duros, en la Cota de la Muerte y en el paso del Ebro, fue herido en el brazo izquierdo y tal vez por su buena estrella consiguió sobrevivir A su regreso a Islandia se incorporó a las tareas del partido difundiendo el socialismo. Fue subjefe de las Juventudes Socialistas, dio conferencias sobre la Guerra de España tratando de apoyar hasta el final la causa perdida del gobierno legítimo de España. En la II Guerra Mundial, durante la ocupación militar inglesa de la isla, en enero de 1941, también se ofreció como voluntario, en aquella otra ocasión para mitigar la represión británica e islandesa contra el P.C.I. en el famoso «caso de las octavillas». Durante el invierno de 1942, mientras trabajaba por el norte en aras del partido, naufragó el barco en el que viajaba. Su prematura muerte a los 32 años supuso una pérdida irreparable para el partido, tras el dejó además de un testamento espiritual coronado con los laureles del héroe, unas pocas pertenencias materiales: unos botones con el anagrama del PCE, dos retratos de milicianos españoles, y un libro con una dedicatoria en alemán de un camarada brigadista.