Obama Iglesias

De Obama, la Lincoln y el 18 de julio

En plena bacanal postelectoral llegó a España el Máster del Universo, el señor de los dólares y los drones, el “manijero” del gran capital americano y mundial. Los pequeños manijeros locales de la Iberia se aprestaron a rendirle pleitesía, unos en la línea ovejuna de siempre y otros, algo ‘más osados’, intentando colar mensajes de otro tenor. Mientras esto ocurría, una minoría gritaba en la calle Obama go home y Greenpeace colgaba una gran pancarta contra el TTIP, el gran Caballo de Troya americano.

Pablo Iglesias, tras ser agasajado por Obama por el fulminante ascenso en dos años de Podemos, le regaló un libro sobre la Lincoln. Por cierto, ese libro le había sido regalado -en un tour de británicos y americanos realizado en 2014- a Almudena Cros, presidenta de la AABI, quien a su vez se lo pasó a Emilio Silva para que, a su vez, Pablo Iglesias lo llevara al destinatario final.

Al margen de todo, lo importante de la dedicatoria manuscrita no lo es tanto por las palabras dirigidas al gran ‘manijero’ como por la expresión de agradecimiento al pueblo americano, de donde salieron los voluntarios y donativos que tanto ayudaron a la República.

Afortunadamente el hecho ha trascendido, incluidas las acotaciones bufas de Cayetana Álvarez de Toledo (las faltas de ortografía en inglés… ¿Por qué no se cebaron en su día con aquella otra comunicación ¡en castellano! del Ministerio de Educación plagada de errores?) y otros medios.

Durante los siguientes días las Brigadas Internacionales se convirtieron de nuevo en tema de interés, lo que se refleja en la cantidad de artículos escritos sobre la Brigada Lincoln (mencionemos solo dos, el de Carlos Hernández y el de Manuel P. Villatoro) y, cómo no, sobre Oliver Law, el primer capitán negro de un batallón blanco americano muerto el 9 de julio de 1937 en el ataque al cerro Mosquito.

Por cierto, lo que a Obama causó admiración, a Virgilio Fernández le causó tristeza, si no irritación, por el resultado de las pasadas elecciones. Vean el tenor del mensaje que nos remitió en días pasados:

Algún día los que dejaron de votar de Podemos, y los que dejaron de votar de Izquierda Unida podrán llegar a entender que los dos grupos tienen más cosas en común que de divergencias políticas tenían un programa del que las dos agrupaciones estaban de acuerdo. Cuándo coño la Izquierda aprenderá a unirse para no dejar que el PP de herederos de Franco y el partido socialista de Felipe González y Zapatero (aunque opine en contra de lo que dice Pablo Iglesias) no es lo mismo que las bases que siempre han creído que por ser partido socialista era de los trabajadores, y así es, pero ha estado dirigido por mangantes. Si queremos hacer honor a los muertos Republicanos de la Guerra Civil de España, debemos de aprender a que los que recordamos esos días no le echemos en cara sus pendejadas.

Virgilio Fernández del Real. Teniente de Sanidad de la 35 División

P.D. Vi morir demasiados milicianos y siento que estén tan ciegos. La próxima vez, piensen en los muertos.

Y en estas va llegando el 18 de julio, el recuerdo de aquel golpe siempre presente a pesar de los 80 años transcurridos. Y está presente porque borró la esperanza surgida un 14 de abril y esculpió a sangre y fuego una España negra cuyos restos siguen presentes en nuestras vidas.

Le sigue costando a la derecha actual romper sus amarras con aquella otra derecha golpista que la precedió. Véase el último ejemplo de la moderna Khaleesi-Cifuentes. O la resistencia tozuda a eliminar de las calles los nombres y memoriales fascistas. Por eso hay que seguir insistiendo en el combate por la verdad y la justicia, como hacen tantas organizaciones de la Memoria democrática, o historiadores como Ángel Viñas cuyos libros han arrojado tanta luz sobre aquellos años. Las mentiras sobre el 18 de julio pueden resumirse en este breve artículo y deben combatirse hasta poner en evidencia lo que son: el enmascaramiento de una brutal operación contra el pueblo español.

Vale repetir, para terminar, las palabras de otro norteamericano amigo de la República, el embajador Claude Bowers:

Si hemos de defender la herencia de nuestros antepasados, tenemos que estar dispuestos a luchar como lucharon y murieron los valientes leales de España, deteniendo con sus cuerpos y su sangre, durante dos años y medio, la inundación de barbarie que se lanzaba contra Europa, hasta que sucumbieron ante la extraña indiferencia de las naciones democráticas en cuya defensa luchaban valerosamente. La II Guerra Mundial empezó en España en 1936.

Recuérdenlas las Esperanzas, Cristinas, Marianos y adláteres que siguen enfangados en su labor de blanquear el franquismo.